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La fe no puede crecer sin tentación, dice el papa a sacerdotes de Roma

Por Junno Arocho Esteves | Catholic News Service

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ROME — La fe es un camino continuo de crecimiento y madurez que no puede progresar sin la presencia de tentaciones, le dijo el papa Francisco a los sacerdotes de la Diócesis de Roma.

Cómo la fe se desarrolla en “un hombre, en un sacerdote” a pesar de sus defectos puede verse en san Pedro, dijo el papa el 2 de marzo mientras dirigía una meditación con clérigos diocesanos y religiosos.

“Una cosa es clara: La tentación siempre está presente en la vida de Simón Pedro y la tentación siempre está presente en nuestras vidas. Además, sin la tentación uno no puede progresar en la fe. En el Padrenuestro pedimos la gracia no de caer, sino de no ser tentados”, él dijo.

La reunión, realizada en la Basílica de San Juan de Letrán, se retrasó unos 45 minutos porque el papa Francisco estaba escuchando las confesiones de docenas de sacerdotes, según la oficina de prensa del Vaticano.

Se le recibió por los sacerdotes con un cálido aplauso, pero el papa dijo que no podía leer toda su meditación y en vez se enfocó en aspectos principales de su charla, titulada “El progreso de la fe en la vida sacerdotal”.

Sin un continuo crecimiento de la fe, dijo el papa, los sacerdotes se arriesgan a permanecer inmaduros y viviendo la vida sacerdotal “a medias”.

“Como sacerdotes, si no tenemos una fe madura capaz de generar fe en otros — es decir, paternidad — podemos hacer daño y tanto mal. Pero si la fe crece hace tanto bien”, dijo el papa apartándose de sus comentarios preparados.

La fe tiene que ser nutrida por tres componentes importantes: la memoria, enraizada en la fe de la iglesia y en “la fe de nuestros padres”; la esperanza, que sustenta nuestra fe; y el “discernimiento del momento presente”, dijo. Estos tres componentes, sin embargo, dependen de un “punto fijo”. El papa ofreció el ejemplo de un jugador de baloncesto, que con su pie firmemente “fijado en el suelo” se mueve para proteger la pelota, para encontrar una manera de pasarla o para buscar una vía hacia el aro.

“Para nosotros ese pie fijado en el suelo, en torno al cual pivotamos, es la cruz de Cristo”, dijo el papa. “La fe — el progreso y crecimiento de la fe — siempre se basa en la cruz, en el escándalo de la cruz”.

La memoria, él explicó, alimenta y nutre la fe, particularmente el recuerdo del “pacto que el Señor hizo con nosotros” a través de los padres y los abuelos.

Hablando improvisadamente, el papa recordó un retiro cuando encontró difícil ser tocado por la meditación del predicador acerca de la muerte y el juicio final.

En ese momento, él dijo, “recordé un escrito que mi abuela tenía en su mesita de noche: ‘Cuidado, Dios te está observando. Piensa que morirás y no sabes cuándo’. Y en ese momento pude orar y seguir adelante. Fueron (mis) raíces las que abrieron el camino. El cristiano siempre progresa desde la raíz. No olviden sus raíces”.

El papa Francisco dijo que la fe también se fortalece a través de la esperanza, la cual ayuda al sacerdote a “encontrar cosas nuevas” de su pasado para encontrarse con Dios en aquellos a quienes ha sido llamado a ayudar.

“La fe es saber cómo ver, en el rostro del pobre que conoces hoy, el mismo Señor que vendrá a juzgarnos según el protocolo de Mateo 25…’cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'”.

Para entender el pasado y sostener la esperanza en el futuro, él añadió, el discernimiento en el presente es importante y en muchos casos implica dar un paso atrás para ver la imagen completa.

Los sacerdotes, sin embargo, a menudo tienen la “insidiosa tentación” del “pesimismo estéril” que busca resolver los asuntos rápidamente y a menudo ceden ante el “espíritu maligno de la derrota”.

Un ejemplo de la progresión de la fe a través de la memoria, la esperanza y el discernimiento, él dijo, es el apóstol Pedro, un hombre que es una “paradoja” porque Jesús a menudo elogiaba las virtudes de los demás mientras que a menudo le reprochaba a Pedro su falta de fe.

La fe de Pedro, sin embargo, es “fe que ha sido probada” y a través de eso él tiene la misión de confirmar hoy día la fe de los discípulos y de la iglesia.

En momentos principales en su vida, el papa continuó, Pedro es fortalecido en su fe. Jesús “ora por él para que su debilidad, y hasta su pecado, sea transformado en gracia” para él y para todos.

Sin seguir el ejemplo de Pedro, dijo el papa, “un sacerdote u obispo que no crea que es pecador, que no confiese, que esté encerrado en sí mismo, no progresa en la fe”.

El papa Francisco explicó que la mayor tentación del diablo fue inculcar en Pedro la idea de que él “no era digno de ser amigo de Jesús porque lo traicionó”.

El papa dijo que aunque “el peso de nuestros pecados nos aleja del Señor”, el Señor siempre es fiel y nos confirma en nuestro pastoreo, dirigiendo el rebaño”.

“El Señor nos mantiene moviéndonos adelante y la fe de Pedro es plena. Y a ese pecador que lo negó, el Señor lo hizo papa”, dijo el papa Francisco. “Esa es la lógica del Señor”.

 

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