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Iglesia en Bolivia se opone a ley que quita protección de tierras nativas

LIMA, Perú — Líderes de la Iglesia Católica de Bolivia se oponen a una nueva ley controversial que elimina la protección de un parque nacional y de un territorio indígena.

El proyecto legislativo se convirtió en ley tras ser firmado por el presidente Evo Morales a mediados de agosto y abre el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure, conocido como TIPNIS, para la construcción de carreteras y otros proyectos.

“El gobierno no escucha a la gente y menos a los indígenas”, dijo a Catholic News Service el obispo Eugenio Coter, de Pando — una región amazónica en el norte de Bolivia.

“Sabiendo que los indígenas de TIPNIS han expresado rechazo a esta carretera, (el gobierno) se impone sobre la voluntad de la gente que vive en el territorio”, dijo el obispo Coter, coordinador boliviano de la Red Eclesial PanAmazónica.

En el 2011, indígenas del territorio participaron en una marcha de protesta que duró dos meses hacia La Paz para detener los planes de construcción de una carretera cruzando el área protegida para conectar los pueblos de Villa Tunari en el departamento de Cochabamba y San Ignacio de Moxos en el departamento de Beni.

Después de la marcha, la cual enfrentó medidas fuertes de parte de fuerzas de seguridad gubernamentales, la administración de Morales colocó a TIPNIS bajo la más estricta protección. La nueva ley revierte esa protección.

Los proponentes de la carretera dicen que comunidades indígenas en el parque tendrán más acceso a servicios públicos. Los oponentes dicen que la carretera abrirá el área para rancheros de ganado y agricultores que siembran coca, la materia prima para hacer la cocaína. Morales es exdirector del sindicato de agricultores de la coca.

Líderes de la iglesia en Bolivia criticaron la ley y el viceministro de transportación, Galo Bonifaz, acusó públicamente a la iglesia por ser propietaria de más de 843,000 hectáreas de terreno en el parque, de criar ganado y de complicidad con el narcotráfico, con la caza y la pesca indiscriminada y con la deforestación.

Durante una conferencia de prensa del 11 de agosto, el arzobispo Óscar Aparicio Céspedes de Cochabamba dijo que la iglesia en realidad es propietaria de 843 hectáreas, donde opera una escuela técnica para los jóvenes de las comunidades que están en el territorio indígena.

Él añadió que ligar a la iglesia con el narcotráfico “es inaceptable” y llamó las acusaciones de Bonifaz “una táctica de amedrentar, de asustar”.

“Nuestros legisladores tienen la responsabilidad de escuchar y de consultar a los ciudadanos” antes de aprobar leyes, dijo el arzobispo Aparicio. “El respeto del medio ambiente y el cuidado de nuestros parques es fundamental”.

TIPNIS es el hogar de varios pueblos indígenas, incluyendo los chimán, considerados semiaislados, y que llevan una vida tradicional en el bosque, en gran medida sin contacto con forasteros, según el padre jesuita Fabio Garbari, pastor de la misión jesuita en el pueblo San Ignacio de Moxos, que data de la época colonial.

La ruta de la carretera planificada cruzaría en centro de TIPNIS, donde viven los chimán, dijo a CNS padre Garbari.

“No hay carretera y no hay comunidades”, él dijo. “Dicen ‘es el lugar donde nacen nuestros peces, donde nacen nuestras semillas, donde nace nuestra vida. Si nos quitan aquello, también nosotros aquí vamos a perder'”.

La carretera pasaría cerca de dos de las 64 comunidades en TIPNIS y esas están cerca del borde de la zona protegida, él dijo. Para llegar a la carretera, la gente de las otras comunidades, principalmente en el borde oriental del parque, tendrían que caminar más de 20 millas cruzando el bosque.

Su medio de transporte actual, por el río, es más rápido y más conveniente, dijo el obispo Coter. Parte de la razón para la carretera podría ser para proveer acceso a una concesión de petróleo y gas que solapa TIPNIS, él añadió.

Un grupo de ingenieros bolivianos ha propuesto otra ruta a lo largo del borde oriental de TIPNIS, dando acceso a esas comunidades, él dijo. Aunque está fuera del parque, esa zona incluye pantanos que harían el proyecto más caro, él dijo.

Una carretera ya entra a TIPNIS desde el sur, en un área que el gobierno entregó a agricultores de la coca en el 2019. Imágenes de satélite muestran deforestación a lo largo de carreteras más pequeñas.

Esa deforestación es lo que los indígenas, los ambientalistas y los líderes religiosos temen que suceda en el centro del parque si el plan de la carretera sigue, dijo padre Garbari.

La Red Eclesial PanAmazónica expresó en un comunicado del 11 de agosto su “profunda preocupación e indignación” por la ley y dijo que esta significaría “la paulatina destrucción de sus reservas naturales que son vitales”. La Red dijo que la ley “podría representar el etnocidio del pueblo chimán … y provocará la eventual desaparición de costumbres vitales y culturales” de los indígenas que viven en la zona.

El gobierno consultó las comunidades indígenas en el parque acerca de la carretera en el 2012. Líderes de la iglesia dicen que el proceso fue injusto porque no hubo suficiente información sobre los planes y el proceso no respetó los procesos tradicionales para tomar decisiones.

Otros territorios indígenas están teniendo problemas similares, incluso uno en la parroquia de padre Garbari. Áreas que habían sido arrendadas a la industria de madera, ubicadas entre varios territorios indígenas, habían de ser incluidas en las tierras indígenas cuando caducaran sus arrendamientos. Pero ahora se están disponiendo para colonos del altiplano para agricultura, lo cual podría llevar al mismo tipo de deforestación que está ocurriendo en el borde sur de TIPNIS.

“Es un momento triste, bastante decepcionante en el país”, dijo padre Garbari.

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