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Investigación de alegatos de abuso en Perú

Barbara Fraser | Catholic News Service

LIMA, Perú – Alegatos de abuso sexual y psicológico por parte de líderes de un movimiento católico fundado aquí durante la década de 1970 han llevado a un demanda judicial contra el cardenal Juan Luis Cipriani de Lima y a una promesa de investigación interna del líder del grupo.

Los alegatos descritos en un nuevo libro, “Mitad monjes, mitad soldados” de Pedro Salinas, exmiembro de Sodalitium Christianae Vitae que entrevistó a otros 30 exmiembros.

Los entrevistados, algunos de los cuales era menores de edad cuando se unieron al grupo y se mudaron a una de sus casas de formación, recordaron ejercicios tipo militares y separación de sus familias y amigos. Algunos dijeron que lo directores espirituales les habían ordenado desvestirse y entonces los tocaron y hubo varias narraciones de violación sexual. Uno de los acusados es el fundador de la organización, Luis Fernando Figari, quien renunció como director de Sodalitium a finales del 2010 después que su organización retirara su propuesta de beatificación de su ex vicario general, Germán Doig, tras alegatos de abuso sexual.

Después de una entrevista televisada con Salinas el 18 de octubre y una presentación pública del libro cuatro días después, la oficina del procurador peruano anunció que investigaría. Aunque la ley de prescripción de crímenes sexuales probablemente ya perdió vigor para los casos descritos en el libro de Salinas, si se encuentran casos más recientes estos podrían estar sujetos a enjuiciamiento.

Una organización sin fines de lucro, el Instituto de la Defensa de los Derechos del Menor, también presentó una querella formal en la oficina del procurador el 22 de octubre acusando al cardenal Cipriani, presidente del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima y contra el vicario general de Sodalitium por encubrimiento, obstrucción de la justicia, complicidad en crímenes de violación sexual de niños y no reportar un crimen.

Después del informe televisivo inicial, Sodalitium emitió un comunicado pidiéndole perdón a “cualquiera que haya sufrido debido a acciones u omisiones cometidas por algunos miembros de nuestra comunidad” y ofreciendo “nuestra disposición a escuchar y ayudar”.

El mensaje señaló que Figari había estado viviendo en una comunidad de Sodalitium en Roma sin participación en el liderato de la organización desde el 2010. Después de recibir “una serie de testimonios”, el actual superior le había ordenado en el 2014 “intensificar esa vida de retiro”, dice el comunicado.

Según archivos de inmigración reproducidos en la prensa peruana, Figari ha visitado Perú regularmente desde el 2010.

El 22 de octubre, día en que Salinas y la periodista peruana Paola Ugaz, quien ayudó con la investigación, presentaron el libro públicamente, el superior general de Sodalitium, Alessandro Moroni Llabres, emitió un segundo comunicado llamando el primero “inadecuado”.

En el segundo comunicado Moroni dijo que la organización sabía que se había presentado querellas en tribunales eclesiásticos. Él dijo que Sodalitium estaba comprometido a “investigar exhaustivamente” los alegatos de abuso y cooperaría con las autoridades eclesiásticas y civiles.

Salinas dijo que varios exmiembros de Sodalitium habían presentado querellas en el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima. En un comunicado emitido el 21 de octubre el tribunal dijo no tener la autoridad para investigar casos que involucran sociedades de vida apostólica, tales como Sodalitium, y había enviado las acusaciones a “las oficinas apropiadas del Vaticano”.

Los alegatos contra Sodalitium le siguieron a escándalos de alto perfil involucrando a Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo en México, y al padre chileno Fernando Karadima. A pesar de la publicidad dada a esos casos, sin embargo, el asunto de Sodalitium no ha recibido el mismo escrutinio público en América Latina que en Estados Unidos y en partes de Europa.

Eso probablemente se debe parcialmente al poder político de la Iglesia Católica en muchos países latinoamericanos, dijo José Mogrovejo, profesor de Psicología en la Pontificia Universidad Católica de Perú en Lima. La gente también está acostumbrada a que los delitos, desde asesinatos y abusos de los derechos humanos hasta la corrupción, no sean castigados, el dijo.

Además, cuando llega a ser noticia un caso involucrando abuso sexual de niños, frecuentemente por un pariente o amigo de la familia, este es tratado de manera sensacionalista con poca atención al trauma que este le causa a la víctima, dijo Mogrovejo.

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