Schools

Apoyo para los estudiantes de inglés

Christine Stoddard | Catholic Herald

Un estudiante de la escuela de la Catedral de Santo Tomás More en Arlington hace una actividad para mejorar su vocabulario en inglés.

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Cuando se entra al aula preescolar de la escuela de la Catedral de Santo Tomás More en Arlington, se ven las cosas habituales: muebles diminutos, libros de cuentos, carteles de colores vivos y juguetes educativos. Pero también se ven unas etiquetas laminadas con la letra perfecta de la maestra Sarah Conrad que identifican el pupitre de la maestra, la pequeña biblioteca, los juegos de matemáticas y una variedad de otros suministros. Todas las palabras están en inglés y lituano. Conrad hizo este esfuerzo para una chica de 4 años que entró a su aula sin poder hablar una palabra de inglés.

“Uso (la aplicación) Google Translate constantemente y pronuncio mal las palabras lituanas con el intento de comunicarme con ella”, dijo Conrad, directora del programa preescolar en Santo Tomás More. “Y empieza a ser efectivo. Ella era muy reservada al comienzo del año escolar, pero ahora ha comenzado a hablar inglés de palabra a palabra. Aún hace preguntas. No siempre está segura de lo que pide, pero junta las palabras. Y sus compañeros de clase están muy entusiasmados por ella. Dicen, ‘Mire, Señorita Conrad, (la niña) habla inglés. ¿Significa que ya sabe todo?’ Y digo, ‘Ahorita no, pero ella está mejorando'”.

El caso de esta chica es único de los estudiantes de inglés en las escuelas diocesanas de Arlington, más que nada por su edad joven.

“Cualquier padre podría visitar al Santo Tomás More e inquirir sobre la inscripción”, dijo Nelda Thomas, asistente principal. “Cualquier padre podría llenar una solicitud para su niño y su niño podría hacer su examen de nivel. Después de que el niño haya tomado el examen, podremos determinar su potencial para el éxito. Cuando el niño llegue al kinder o primer grado, debe saber un mínimo de inglés para tener éxito. Nunca queremos poner al niño en una situación en que sabemos que la posibilidad de su éxito podría ser bajo”.

Diane Elliott, coordinadora de los servicios especiales de la Oficina de las Escuelas de la diócesis, dijo, “No tenemos un programa para los estudiantes de inglés en la diócesis, aunque estamos trabajando para diseñar e implementar uno. Tratamos de apoyar a los estudiantes con algunas acomodaciones individualizadas”.

Según un resumen de las investigaciones de policía en el 2008 escrito por el Consejo Nacional de las Maestras de Inglés, los estudiantes de inglés son un grupo “altamente heterogéneo y complejo”, con la mayoría de los estudiantes nacidos en los Estados Unidos a los inmigrantes de padres de primera generación.

“Hacemos acomodaciones especiales para nuestros estudiantes multiculturales”, dijo Susan Fonzi, maestra de cuarto grado. “Trabajamos con el vocabulario y la gramática”.

En una cartelera de color turquesa, las palabras “STM vive con amor” aparece en papel estampado. Esta filosofía guía el enfoque que usa Fonzi para apoyar a sus estudiantes con sus necesidades especiales.

Una mañana, en la clase de artes y letras de Fonzi, los estudiantes presentaron sus reseñas de los libros por Jean Fritz. Haciendo el papel de periodista, cada estudiante escribió y diseñó un periódico en miniatura, creando artículos, tiras cómicas y cronologías para compartir con la clase.

Proyectos como este contribuyen a la excelencia del programa de artes y letras, dijo Thomas. “Incrustamos el apoyo para los estudiantes de inglés en el currículum”.

Después de tres presentaciones, Fonzi pidió que los estudiantes cambiaran a un periódo de 15 minutos en que pudieran escoger de una lista de actividades. Los estudiantes pudieran escribir en sus diarios, leer o trabajar en ejercicios de deletreo y gramática, como cortar y pegar palabras imprimidas en papel en sus cuadernos.

“Las listas de palabras son individualizadas según el vocabulario de cada estudiante, lo que sepa y no sepa”, dijo Fonzi. “Los estudiantes están en tres grupos básicos, pero dentro de esos grupos, las listas están personalizadas”.

Este es el tipo de actividad que permite la flexibilidad que necesita un estudiante de inglés, pero requiere más atención de la maestra para asegurar que el vocabulario del niño mejore.

En adición del apoyo que ocurre durante la clase, los estudiantes de inglés podrían trabajar con la maestra de recurso o la maestra de Título I. Una maestra de recurso trabaja con los estudiantes que experimentan las discapacidades de aprendizaje, mientras una maestra de Título I es un instructor mandado por el gobierno federal que trabaja con los niños de familias de bajos ingresos.

En la escuela de Santa Rita en Alexandria, los estudiantes de inglés pasan tres períodos cada semana trabajando con la maestra de recurso, Rosemary Lynch, en vez de estudiar otro idioma con sus compañeros.

Suleyma Chevez, 14, está en el octavo grado. Mientras que sus padres son de El Salvador, Chevez nació en los Estados Unidos. En su casa, se habla español y en público, Chevez interpreta para sus padres. Ella asistía a las escuelas públicas de Alexandria hasta que sus padres la inscribieron en Santa Rita para la secundaria.

“(En las escuelas públicas), no me apoyaban (con el vocabulario ni gramática”, dijo Chevez.

Porque Chevez nació en los Estados Unidos, las maestras suponían que sabía inglés con fluidez completamente. Entonces, le aprobaron grado a grado sin asistencia extra en el idioma.

Pero en Santa Rita – una escuela que sólo tiene un aula para cada grado – hay menos posibilidad es que las fuerzas y debilidades de los estudiantes pasen desapercibidas.

“Estaba claro que (Chevez) necesitaba más ayuda”, dijo Lynch. “Ella es muy lista y motivada, entonces ha mostrado mucha mejora durante su tiempo aquí. Ella recientemente escribió un ensayo del cuento por Edgar Allan Poe que se llama ‘El corazón delator’ y fue soberbio. A su maestra lo encantó. En la clase de los estudios sociales, hizo un cartel que ganó un sobresaliente.

Chevez, que espera asistir al Colegio de Bishop Ireton en Alexandria o el Colegio de Bishop O’Connell en Arlington el próximo año, recientemente tomó su examen de nivel para el colegio. Pasaba horas estudiando con Lynch, repasando consejitos prácticos que le apoyarían con las preguntas de gramática y vocabulario en inglés.

“Estoy tan ansiosa de su admisión (en un colegio católico) como yo lo estaba por mis dos hijos”, dijo Lynch. “Pero donde sea que asista, estoy segura de que va a tener éxito”.

Se puede mandar un correo electrónico a Stoddard: [email protected].

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