En esta 54a Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, nos unimos para “rogarle al dueñ de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha” (Lucas 10:2) y para rezar por todos lo que ya prestan servicio en la cosecha como sacerdotes o religiosos consagrados. Damos gracias a Dios por estos hombres y mujeres que dedican su vida a hacer visible a Cristo por medio de su testimonio, su oración y su servicio.
En el mensaje de este día, el Papa Francisco nos dice que todos los cristianos hemos sid constituidos misioneros del Evangelio: “hombres y mujeres tocados y transformados por la alegría de sentirse amados por Dios, que no pueden guardar esta experiencia solo para sí”. As como Cristo ha tocado nuestro corazón y nuestra mente, también nosotros debemos sentirno inspirados a invitar a otros a pensar en un llamado a ser sacerdote, hermano o hermana. De una forma especial, respetuosamente pido a los padres y abuelos que animen a sus hijos y nietos abrirse al llamado de Dios y que les aseguren que están dispuestos a apoyarlos en su discernimiento.
Consagrada dentro de nuestra Iglesia y Diócesis y en nuestro compromiso de ayudar a los demá a oír el llamado de Dios en su vida y a responderle al Señor.
Obispo de Arlington Michael F. Burbidge
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