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24 horas dedicadas a la oración y caridad en Cuaresma

Dentro de unos pocos días vamos a comenzar a vivir el Tiempo de Cuaresma, iniciando con el Miércoles de Ceniza. Este será un gran campanazo para avisarnos de que comienza un tiempo diferente, un tiempo de reconciliación y de buenas obras, en especial para recordar en este tiempo de la Misericordia, las obras de generosidad tanto espirituales como corporales.

Es tiempo de comenzar ayudando nuestra propia casa espiritual como es nuestra Iglesia en especial nuestra Diócesis de Arlington. Esta temporada de Cuaresma, todos somos invitados a profundizar nuestra fe mientras conmemoramos los cuarenta días de ayuno de Jesus antes de que comenzara su ministerio público, y contemplara Su sufrimiento, Su muerte, Su pasión y Su resurrección. Cuaresma desde este momento puede ser una experiencia de gracia en nuestro camino a ser católicos más fieles, y comprometidos con las obras de caridad y más fieles al apartarnos del pecado y experimentar una mejor vida espiritual.

Al usar las herramientas espirituales de oración, ayuno, y limosna, podemos edificar la Iglesia mientras nos alejamos de nuestros deseos egoístas y nos abrimos más y más a la nueva vida que Cristo constantemente desea darnos. Al colaborar con la Colecta Cuaresmal del Obispo o BLA; con el título este año de: “Vayan adelante como heraldos de la Misericordia de Dios”.

Podemos hacer nuestras las necesidades de otros, especialmente las necesidades espirituales y materiales de los más necesitados. Sigamos adelante en esta cuaresma que empieza, renovados en espíritu y en nuestro compromiso a responder de todo corazón al llamado de Cristo a participar de una nueva Evangelización y llevar por delante el mensaje que quiere Dios de ser heraldos de su Divina Misericordia. El Papa Francisco, evocando el Magnificat de Maria reitera su invitación como lo hizo en la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario a que “la Cuaresma de este año jubilar para celebrar y experimentar la misericordia de Dios” (Misericordiae Vultus, 17). Y señala además que, con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa, “24 horas para el Señor”, quiso hacer hincapié en la primacía de la “escucha orante de la palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio”.

“Por eso, en el Tiempo de Cuaresma enviaré a los misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y el perdón de Dios” dice el Papa Francisco. “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9, 13). Que ojala convirtamos las 24 horas del día que nos regala Dios para estar en oración, realizar obras de caridad en nuestras comunidades y vivir en familia la Misericordia en este Tiempo de Cuaresma.

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