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Encuentro con Jesús

Carmen Briceño

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Muchas veces pensamos que para hablarle a la gente de Dios necesitamos haber estudiado Teología en la universidad o ser unos grandes conocedores de la fe. Pero en realidad lo que realmente se necesita es tener experiencia de Dios y ser sus testigos. Hay muchos ateos y gente que no cree en Dios pero han estudiado teología o las religiones del mundo pero no tienen fe. Me fascinan las palabras del Papa Benedicto XVI cuando dice: “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona”. Ser cristiano es ser de Cristo, es conocerlo, y por conocerlo seguirlo.

El apóstol Juan nos narra en detalle cómo fue su encuentro con Jesús. Nos dice en San Juan 1:35-39: 35 “Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús dijo: Mirad, ese es el Cordero de Dios. Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó: ¿Qué estáis buscando? Ellos dijeron: -Maestro, ¿dónde vives?” Jesús les contestó: – Venid a verlo. Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.” Estaban junto a su maestro Juan Bautista y cuando pasa Jesús, Juan en su humildad les muestra que es a Jesús a quien tienen que seguir y no a Él. Los dos discípulos se acercan a Jesús y le preguntan dónde se está quedando. Fíjense que no les pregunta sobre doctrina de la fe o lo que necesitan hacer para ser salvados, sino que quieren estar con Él; quieren quedarse a su lado. Nos dice Juan que fueron, vieron y se quedaron. Lo que más me llama la atención es que Juan se recuerda hasta la hora de ese encuentro: “eran las cuatro de la tarde.”

¿Tienes tu “cuatro de la tarde”? ¿Te recuerdas de ese primer encuentro con Jesús? ¿Cómo fue? ¿Fue dramático como San Pablo que hasta ciego queda o fue gradual como los primeros apóstoles a quien Jesús se les iba revelando poco a poco? Se trata de ser conscientes de los momentos de encuentro con Jesús. Se puede comparar con una relación de enamorados. Quizás la primera vez que se vieron fueron amigos y poco a poco se fueron enamorando hasta que llego un día donde decidieron que no podían vivir el uno y sin el otro. Se dieron cuenta que el otro era necesario en su vida para poder llegar al cielo y ser santo y con ese descubrimiento decidieron casarse para unir sus vidas para siempre. Así debe ser con Jesús. Empezamos con una amista que se alimenta con la oración y nos vamos enamorando poco a poco hasta que no podemos imaginarnos la vida sin Él. Hasta que llega el momento decisivo donde decidimos entregarles nuestra vida para siempre.

Pero tal como en un matrimonio el amor se renueva, crece y madura así también tiene que ser nuestroencuentro con Jesús. Nuestra fe debe crecer, madurar y ser siempre nuevo. ¿Cómo podemos crecer cada vez más en intimidad con Jesús? Aquí les doy 5 tips que pueden hacer para crecer en su relación de amor con El.

1 — Orar. Nadie se enamora de una persona si nunca habla o pasa tiempo con ella. Lo mismo sucede con Jesús. Tenemos que tener un tiempo diario de intimidad con El. Empieza con 15 minutos al día y no hay que decir o ser hacer mucho sino estar en su presencia. Ideal sería estar frente al Santísimo en una Iglesia, pero si no se puede, busca un lugar en la casa donde puedes estar libre de las distracciones y cuéntale a El de tu vida y deja que te ame.

2 — Hacer sacrificios. La Madre Teresa decía que había que amar hasta que doliera. Has un examen de consciencia y ve aquellas áreas donde más te cuesta que Jesús sea el centro de tu vida. Quizás te preocupan muchas tus finanzas, entonces dona un poco de dinero a los pobres. Quizás eres adicto a tu celular entonces le quitas el internet. Quizás te gusta demasiado el café entonces decides hacer un sacrificio por un mes de no tomar café. La idea es mostrar que solo Jesús es el dueño de nuestras vidas.

3 — Servir. Jesús dijo que cuando servimos a los más necesitados lo estamos sirviendo a El (Mateo 25:40). Podemos aumentar nuestra intimidad con Jesús si nos disponemos a servir a los más necesitados. Visita a un enfermo, llama a un familiar que tienes abandonado, perdona a la persona que te hirió, visita un asilo de anciano, invita a unas personas que sabes que están pasando necesitada a comer a tu casa. Hay muchas maneras que podemos servir a Jesús en los más pobres solo necesitamos voluntad de hacerlo.

4 — Estudiar. Nadie ama lo que no conoce. Abre la Biblia y lea sobre la vida de Jesús. Te recomiendo el evangelio de Marcos. Si lees un capitulo al día al terminar 16 días ya habrás leído todo el evangelio.

5 — Ser alegre. Un santo triste es un triste santo. Los demás tienen que saber que Jesús está vivo en nosotros y si tenemos caras de “burro” vamos a espantar a los demás de Jesús. La alegría viene de un corazón agradecido. Haz una lista de todas las bendiciones que Dios te ha dado y disponte a sonreir y a ser alegre. Como decía la Madre Teresa; “La alegría es una red de amor por la que puedes atrapar almas.

Briceño, una virgen consagrada, se dedica a la evangelización a través de su ministerio happyfeetministries.com.

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