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¡Se valiente!

Carmen Briceño

Carmen Briceño | Cortesía

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Es increíble como en nuestros tiempos nadie tiene miedo de decir cosas en los medios sociales. No les importa insultar a otros o decir sus opiniones en un foro virtual, pero cuando se trata de proclamar la fe cara a cara o defender los valores no tienen la misma valentía. Se nos ha inculcado en este país a no actuar “políticamente incorrectos” y tener cuidado de no ofender a nadie. Se ha llegado a tal extremo que simplemente hablar de la fe o hablar de los valores como de la castidad o del matrimonio entre un hombre y una mujer es una ofensa. Estamos a tal punto que hablar sobre realidades biológicas como es ser hombre o ser mujer, o la formación de un feto en el vientre ya no son cuestión de ciencia y biología sino de ideología y por tanto es debatible. No podemos seguir callados, no podemos tener miedo a decir la verdad con amor.

Jesús le hablaba muy claro a los fariseos. Tan claro les hablaba de que estos se ofendieron. Mateo 15:12 dice: “Entonces llegando sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tus palabras?” Con esto no quiero decir que debemos buscar ofender a las personas, sino que no podemos tener miedo de decir la verdad con amor. ¿Se imaginan que tuvieran la vacuna que curara una epidemia, pero no la usaran porque no querían que la gente sufriera ese primer pinchazo de la aguja? De igual manera nos pasa cuando nos quedamos callados por temor a ofender. Pero ¿no nos debería dar más temor que esas personas no conozcan a Dios?

Esto me recuerda a una experiencia hermosa que tuve este fin de semana. Me invitaron a dar unas charlas a la universidad de Virginia Tech. Es una universidad muy prestigiosa pero muy secular. Sin embargo, los alumnos católicos que me encontré allí están encendidos por Dios y por su fe. Mas de 100 estudiantes van diariamente a Misa. Tienen adoración todos los días, hacen estudios bíblicos semanalmente y se reúnen cada semana para formarse en su fe. Lo que más me sorprendió fue que el martes hicieron lo que llaman “Jesus on the Drill Field.” El campus es muy grande, pero está conectado por un área verde central que llaman el “drill field” donde todos los alumnos deben pasar para ir a los distintos edificios. Una vez al año hacen una procesión con el Santísimo por todo el campus hasta llegar al centro del área verde donde hay una tienda de campaña donde se queda el Santísimo por 24 horas para que los alumnos puedan ir a rezar y a encontrarse con Dios. Los jóvenes se apuntaron para estar allí a distintas horas aun en el medio de la noche. Fue hermoso procesar con el Santísimo por el campus y ver que, aunque mucha gente lo ignoraba o se burlaban, muchos se unieron a la procesión. Mientras rezaba en la tienda de campaña se acercó un joven con cabellos azul lleno de zarcillos para arrodillarse ante Dios y rezar. No había ido a ver a Jesús en la Misa en años, pero Jesús vino a él en el medio de su campus. Ese encuentro sucedió porque otros jóvenes valientes (y el sacerdote) no tuvieron vergüenza y se atrevieron a llevar a Jesús a la calle.

Pidámosle a Dios la gracia de nunca avergonzarnos de Él y de siempre proclamar la fe con amor y alegría.

Briceño, una virgen consagrada, se dedica a la evangelización a través de su ministerio happyfeetministries.com.

 

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