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Diócesis planea abrir un albergue temporal para migrantes en Arizona

Michael Brown | Catholic News Service

TUCSON, Ariz. — La organización Catholic Community Services en la diócesis de Tucson, ha llegado a un acuerdo tentativo con el condado Pima para convertir un centro de detención de menores que no se está usando, en un albergue temporal para solicitantes de asilo.

La agencia, encargada de los servicios humanos de la diócesis, ha venido operando tal albergue desde principios de año en lo que era un monasterio benedictino. Para el 31 de julio está programada la desocupación del lugar, pero no se ha encontrado otra alternativa para albergar entre 300 a 500 solicitantes de asilo que actualmente están allí.

El monasterio de 83 años, donde anteriormente vivían las Hermanas Benedictinas de la Adoración Perpetua, fue comprado en septiembre del 2017 por el constructor Russ Rulney, quien lo alquiló a Catholic Community Services para sus labores de asistencia. La agencia recibió a sus primeros “visitantes” el 26 de enero.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos, y posteriormente la Patrulla Fronteriza, trasladaban a los solicitantes de asilo desde las ciudades fronterizas como Nogales, Arizona y El Paso, Texas a Tucson.

Los empleados mencionaron los problemas que encontraron en el monasterio, incluyendo fallas eléctricas y de plomería, las cuales ocasionaron que el centro tuviera que permanecer cerrado por lo menos un día a principios de junio.

“El monasterio no tenía la adecuada infraestructura”, dijo el obispo Edward J. Weisenburger de Tucson el 8 de julio durante una serie de entrevistas con miembros de la prensa.

El costo de alquilar el centro de detención es sólo de $100 al año, de modo que “es un buen precio”, agregó el obispo con una sonrisa. “Parece que es una tremenda bendición”.

El equipo de trabajo ya empezó a planear cómo organizar el desolado interior de la nueva locación, dijeron los líderes de Catholic Community Services. El obispo agregó que los voluntarios que lo integran son acogedores y cordiales.

“Pensamos que podemos alcanzar la calidez (del ex monasterio) e incluso aún más”.

La junta del condado todavía tiene que aprobar la negociación acordada, sobre lo cual han de votar el 6 de agosto. El administrador del condado Pima, Chuck Huckelberry, dijo el 8 de julio en un comunicado que había recomendado su aprobación. El espacio forma parte del complejo del Centro de la Corte Juvenil del condado Pima.

“Estas instalaciones están disponibles y actualmente vacantes debido a las intensas y exitosas alternativas al programa de detención, implementadas por la corte juvenil”, detalló Huckelberry.

El condado pagará por los costos de construcción, operación y mantenimiento, los cuales incluirán servicios públicos y comida.

Una parte del centro de detención todavía está en uso y se accederá a las instalaciones del albergue de la agencia católica a través de una entrada distinta e independiente que luce menos deplorable que un centro de detención. Habrá señales que distinguirán claramente las actividades del condado y el sector correspondiente a la agencia católica –según explicaron representantes de la iglesia.

“Todavía permitimos que dejen y se lleven donaciones”, dijo Teresa Cavendish, directora de operaciones de Catholic Community Services.

Agregó que el cuidado y acogida que brindan las decenas de voluntarios es lo que convierte al monasterio en una estadía satisfactoria para los solicitantes de asilo, la mayoría de los cuales son mujeres y familias con niños. “Ellos seguirán siendo respetuosos y cordiales con nuestros huéspedes”.

Peg Harmon, directora ejecutiva de la agencia católica, señaló que “el monasterio era un edificio vacío cuando nos mudamos allí” y los empleados y voluntarios lo convirtieron en un espacio habitable.

Cavendish considera que una vez que se dé alojamiento, la gente se olvidará que están ingresando a lo que era un centro de detención. “Es lo que era. No es lo que será”.

El obispo dijo que Rulney está de acuerdo en extender temporalmente el acceso al monasterio más allá del 31 de julio hasta que el contrato de alquiler en el centro de detención haya sido aprobado y las operaciones puedan ser transferidas. Rulney ha sido “extraordinariamente generoso con nosotros”, dijo.

El obispo Weisenburger dio gracias al condado por la disposición del sitio, y dijo que con el acceso al aeropuerto local y acceso a autobús cercano, amplio estacionamiento para los voluntarios y otras comodidades, es un lugar que satisface todas las necesidades.  

El obispo igualmente agradeció a los miembros de la comunidad ecuménica, quienes han movilizado a los voluntarios al sitio del monasterio y se espera que continúen apoyando la misión en el centro de detención. “La comunidad realmente se congregó maravillosamente alrededor de este proyecto”, dijo el obispo.

Señalando la amplia búsqueda realizada por los líderes del condado antes de elegir el centro de detención, el obispo dijo: “No creo que hubiera alguna otra instalación que supliera nuestras necesidades tan bien como esta”.

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