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Víctimas chilenas de abuso sexual acogen carta papal, piden cero tolerancia

Por Jane Chambers | Catholic News Service

SANTIAGO, Chile — Las víctimas del abuso sexual por clérigos acogieron una carta del papa Francisco en la cual él se disculpa por no calcular bien la gravedad de la crisis en Chile.

James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, víctimas de padre Fernando Karadima, emitieron un comunicado el 11 de abril diciendo que agradecían la carta del papa y que estaban “evaluando las posibilidades” de reunirse con el papa.

“El daño cometido por la jerarquía de la iglesia chilena, a la que se refiere el papa, ha afectado a muchas personas, no solo a nosotros”, dijeron las víctimas.

“El sentido de todas nuestras acciones siempre ha apuntado al reconocimiento, el perdón y la reparación por lo que se ha sufrido, y así seguirá siendo, hasta que la tolerancia cero frente al abuso y el encubrimiento en la iglesia se haga realidad”, dijeron.

En la carta del papa Francisco, emitida por el Vaticano el 11 de abril, él pidió “perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente en las próximas semanas”.

Cruz dijo durante una entrevista con CNN Chile que estaba agradecido por la disculpa “sin precedentes” del papa y por su expresión de vergüenza y que tenía la esperanza de tener una discusión franca con el papa Francisco acerca del dolor y el sufrimiento de las víctimas del abuso.

“Queremos conversar con él y hablarle humildemente sobre el perdón y decirle no solo todo lo que hemos experimentado, sino también hablar con él acerca de la situación que muchas personas han sufrido, lo que hemos sufrido. Sucedió no solo en Chile, sino también en Estados Unidos, en Italia, en todo el mundo”, él dijo.

Las víctimas del abuso alegan que el obispo Juan Barros de Osorno — en aquel entonces sacerdote — fue testigo de abuso cometido por su mentor, el padre Karadima. En 2011 padre Karadima fue sentenciado por el Vaticano a una vida de oración y penitencia después de haber sido encontrado culpable de abusar sexualmente de niños. Padre Karadima negó las acusaciones y no fue procesado en el sistema judicial civil porque el plazo legal para acusarlo había prescrito.

El papa causó controversia durante su visita a Chile en enero, cuando prometió su apoyo al obispo Barros y dijo: “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí hablaré. No hay una sola prueba contra él. Todo es una calumnia”.

Más tarde él se disculpó y admitió que su selección de palabras hirió a muchos.

Poco después el Vaticano anunció que el papa Francisco estaba enviando a Chile al arzobispo Charles Scicluna de Malta y a su ayudante, padre Jordi Bertomeu Farnos, a escuchar a las personas que tuvieran información sobre el obispo Barros.

Juan Carlos Claret, portavoz de los feligreses de Osorno, dijo que los católicos de la diócesis “valoramos su voluntad de restablecer confianzas. Esa es precisamente la tarea que nos debe convocar a todos los creyentes en Chile”.

Él dijo: “Sin embargo, no es posible restablecerlas si no hay medidas idóneas y suficientes que se hagan cargo efectivamente del problema. En este sentido, la salida del obispo Barros es necesaria mas no suficiente. Ahora está la oportunidad para asumir y superar la crisis de la iglesia en Chile”.

Claret añadió que el abuso de poder tiene que terminar para que la confianza sea restaurada para las víctimas del abuso sexual, quienes sienten que fueron ignorados y no tomados en serio por la iglesia chilena.

Después de la emisión de la carta del papa Francisco, el obispo Santiago Silva Retamales, presidente de la conferencia episcopal y director del ordinariato militar, dijo que los obispos de Chile viajarían al Vaticano durante la tercera semana de mayo.

Los obispos, él dijo, comparten el dolor del papa.

“No hemos hecho todo lo suficiente”, él dijo en un comunicado. “Nuestro compromiso es que esto no se vuelva a repetir”.

Respecto a la admisión del papa de que no recibió “información verdadera y equilibrada”, el obispo Silva dijo que estaba seguro de que las autoridades de la conferencia episcopal pusieron a disposición del papa la información que tenían en aquel momento.

Durante los últimos meses los católicos de Osorno se han dividido cada día más. Algunos continúan apoyando al obispo Barros y otros tienen la esperanza de cambio.

“En Osorno hay llagas que no se han cerrado y no podemos hacer un trabajo eclesial. Es la oportunidad que tiene el papa”, dijo padre Américo Vidal, sacerdote parroquial en la diócesis.

Cruz le dijo a CNN Chile que a pesar de los intentos de algunos miembros de la jerarquía chilena de encubrir o desestimar los casos de abuso él está agradecido de que el papa “ha visto la verdad” gracias a la investigación del arzobispo Scicluna y padre Bertomeu.

“Creo que el papa se encontró frente a algo que ellos estaban intentando encubrir y, con humildad, vio la necesidad de corregirlo”, él dijo.

“Tenemos que agradecer realmente al arzobispo Scicluna y a padre Bertomeu por el trabajo que han hecho”, añadió Cruz. “En lo personal, ellos me han ayudado a recuperar la confianza en algo que yo pensaba que había perdido para siempre. No solo para mí; conozco personas que fueron afectadas positivamente por eso (la investigación). Así que tenemos que realmente agradecerles”.

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