Declaración
de Monseñor Michael F. Burbidge, Obispo
de la Diócesis de Arlington,con motivo
de la Jornada Mundial de los Pobres
17
de noviembre de 2019
Queridos
hermanos y hermanas en Cristo:
Nuestro
Santo Padre, el Papa Francisco, nos ha llamado a observar la tercera Jornada
Mundial de los Pobres, celebrada anualmente, el domingo, 17 de noviembre.
Nuestro Santo Padre nos invita a abrazar nuestro llamado como discípulos de
Cristo y a llevar esperanza a las personas de nuestra propia Diócesis y
alrededor del mundo que sufren por causa de pobreza material o espiritual.
La Sagrada
Escritura revela la respuesta de Nuestro Señor a los pobres: Él oye su clamor,
viene a su ayuda, los protege y defiende y los rescata y salva. Durante el tiempo que pasó en la Tierra,
Jesús, al encontrarse con multitudes de personas en situación necesidad, afirmó
que los pobres tienen un lugar especial en su Corazón. Dijo a sus discípulos: "Les
aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de estos, mis hermanos más pequeños,
conmigo lo hicieron " (Mateo 25:40).
El Papa Francisco nos advierte que huir de esta identificación con los pobres y
dejar de llevarles el mensaje de esperanza por medio de actos de servicio y de acompañamiento,
“equivale a falsificar el Evangelio y atenuar la revelación de Dios”.
Al
establecer su Reino, Jesús colocó a los pobres en el centro. ¿Cómo podemos ayudarle a servir a aquellos a
quienes Él ha mirado con tanta ternura? Podemos unir esfuerzos, por medio de
nuestras parroquias y de Caridades Católicas, para servir a las personas con
hambre o sin techo, las mujeres
embarazadas, las personas solas, los enfermos, los ancianos, los presos o los recién
llegados a nuestro país. En palabras más sencillas, podemos buscar formas de encontrar a los
pobres por medio de una conversación amable o dándoles la mano para ayudarles.
Al
servir a los pobres de palabra y obra, abramos nuestro ser a Jesucristo, fuente
de verdadero amor y esperanza. Guiados por su Espíritu Santo, roguemos que
nuestras obras de caridad hagan que tanto nosotros como todas las personas a
quienes servimos nos acerquemos más a Dios y los unos a los otros.
Fielmente
en Cristo,
Monseñor
Michael F. Burbidge
Obispo de Arlington