Para el Padre Ramón Dominguez de Apóstoles de la Juventud, todo tiene que ver con inspiración y motivación.
Como director del Centro Don Bosco en Manassas, el Padre Dominguez depende “todos los días de la buena gracia del Espíritu Santo” para que le ayude a servir de mentor y a motivar a los estudiantes Hispanos que cursan las Escuelas Intermedia y Secundaria. Muchos corren el riesgo de ser atraídos a las actividades de pandillas, así que junto a su personal, él ayuda a los adolescentes a mantenerse conectados y ocupados en sus estudios, sus vidas espirituales, sus familias y cultura.
Su dependencia del Espíritu Santo fue una de las razones por las que el Padre Dominguez se sintió tan emocionado al ser nombrado recientemente capellán de la Renovación Carismática en Español de la diócesis, cuyos grupos de oración también dependen del Espíritu Santo como fuente de inspiración.
La Renovación Carismática se describe como una “corriente de gracia” que calienta y energiza la iglesia, tal como lo hizo con los primeros Cristianos después del primer Pentecostés. Sus participantes invocan al Espíritu Santo “a que inflame los corazones de los miembros e individuos para que puedan vivir y amar al prójimo como debe ser, inspirarlos, y atraerlos a la iglesia y a Cristo y a su amor,” dijo el Padre Dominguez.
“Como Católicos, necesitamos incentivar y apoyar aquello,” dijo. “Otras confesiones sacan provecho de la emocionalidad de algunas de estas cosas, pero les falta el acceso que la Iglesia Católica tiene a los sacramentos. Buscamos entregar ambos.”
El Padre Dominguez fue nombrado capellán luego de que el Padre José Eugenio Hoyos, director de muchos años del Ministerio del Apostolado en Español de la diócesis y capellán de la Renovación Carismática en Español, comenzara seis meses sabáticos en Colombia en noviembre pasado. El nuevo director del apostolado en Español, Joel de Loera, es el primer laico en servir en ese cargo.
“Estoy muy agradecido de que el Padre Ramón haya sido nombrado capellán y espero ansioso comenzar a trabajar con él y con la Renovación Carismática,” de Loera dijo. “Volví a la iglesia por medio de un retiro carismático (en Oklahoma), después de haber estado alejado por casi 10 años. Estoy contento de poder trabajar con ellos y de apoyarlos.”
El Padre Dominguez nació en Cuba, pero su familia llegó a los Estados Unidos cuando él tenía cinco meses de edad, y creció en Connecticut y Maryland. Aún así, dice que puede cocinar “un flan para morirse” con la receta de su abuela. Fue ingeniero mecánico por ocho años antes de convertirse en sacerdote de Apóstoles de la Juventud.
“Los chicos se sorprenden de que sepa sobre ciencias,” dijo. “Les digo, ‘Es porque soy sacerdote. Pero también porque tengo un título en ingeniería.’ Debo confesar que me gusta el álgebra.”
Antes de llegar a la diócesis de Arlington en el 2004, sirvió en Fall River, Mass., donde trabajó con el apostolado en Español y fue administrador de las parroquias Nuestra Señora de Guadalupe y St. Hedwig. También, ahí trabajó de cerca con las hermanas Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo.
“Existe un espectro de cómo las personas se relacionan con Dios,” dijo. “Algunas personas quieren adorar tranquilamente y algunos quieren alabar y rendir culto. Algunos quieren rezar el rosario. Pero otros quieren una canción entre cada misterio. La Iglesia Católica tiene una riqueza muy profunda en todos sus miembros. Y eso nos hace más fuerte juntos. El movimiento carismático es una de esas facetas.”
El Padre Dominguez dijo que a lo largo de los años, los eventos de la Renovación Carismática en Español “han visto una migración hacia reuniones más grandes a nivel diocesano,” pero el año pasado aquellos grandes eventos no fueron posible debido a la pandemia.
Ha comenzado a reunirse con pequeños grupos y espera “re-centrar” las actividades a nivel parroquial, “para tener miembros realmente presentes y activos en sus parroquias para que sus esfuerzos de renovación de fe comiencen en casa,” dijo. “¿Cómo pueden tomar estos dones y vivirlos en la comunidad en la que se encuentran, con alegría y vitalidad? Eso es lo que busca el movimiento carismático. Estoy muy entusiasmado en poder ayudarles a refinar esa visión.” Los eventos más grandes se retomarán una vez que se levanten las restricciones, agregó.
Además de dirigir el Centro Don Bosco, el Padre Dominguez asiste en varias Misas en Español alrededor de la diócesis y sirve como capellán del ministerio del campus en Shenandoah University en Winchester, entre otros ministerios. Espera recurrir a sus contactos para crear una red de vicarios parroquiales que puedan estar presentes en parroquias para ayudar a que los grupos de Renovación Carismática se conviertan en “parte de la fibra de la comunidad local.”
Confía en que todo va a tomar forma si continua orando y escuchando al Espíritu Santo.
“El Espíritu Santo no tiene límites — se va a mostrar donde necesita hacerlo,” el Padre Dominguez dijo. “Definitivamente ha estado trabajando horas extras.”
Usted puede contactar a Miller en [email protected] o por Twitter @LmillerACH.