Los católicos sabemos a la perfección lo que es el rosario, y
muchos lo rezamos, a veces por tradición, otros por amor, y otros porque
sienten el amor maternal de la Virgen María en sus vidas porque a través de
esta bella oración, podemos disfrutar de las gracias que Dios nos da por su
intercesión. Nuestros abuelos, que eran sabios de una fe muy solidad, tenían un
amor y una devoción profunda al Santo Rosario, y de hecho la consideraban como
un arma para guerrear contra las asechanzas del maligno y lo rezaban con mucho
amor. Pero desafortunadamente con el paso del tiempo las nuevas generaciones ya
no lo hacen como es debido, lo tenemos pero no apreciamos su gran valor
espiritual, porque desconocemos las gracias que podemos recibir con tan solo
recitar con nuestros labios y el corazón esas cincuenta aves marías cada día y
meditar de forma pausada los misterios del nacimiento, vida, pasión, muerte y
resurrección del Señor.
El Santo Rosario es un arma poderosa contra las asechanzas del
mal; es tan poderoso que desarma al demonio y cambia los corazones tibios en
corazones ardientes, y enamorados de Jesús nuestro Señor. Cuando lo rezamos con
devoción nos vamos configurando con el Señor. Según los testimonios de Sor
Lucia, vidente en Fátima, cuando lo rezamos con amor, el cielo se abre y se
derraman muchas gracias sobre la persona que lo reza. Por tal razón, es
importante el orarlo con amor, desgranar esas aves marías con alegría y
entusiasmo, sabiendo que apaleamos y destruimos toda acechanza del demonio.
El demonio es astuto, y sabe lo que le hace daño y le molesta,
por ello siembra en nosotros la desidia y la pereza; hace que nos
desinteresemos y no lo recemos, o que lo hagamos de manera rutinaria y con una
devoción fingida, o sin piedad. En una ocasión, Sor Lucia pregunto a la Virgen,
¿qué pasa si durante el rezo hay una o más personas que no rezan con devoción,
no se derraman esas gracias sobre ellas? Y la Madre le contesto: "Las
personas que están rezando sin devoción es como si se pusieran un paraguas rechazando
las gracias, mientras que aquellos que rezan con devoción las reciben con
plenitud". El Santo Rosario se debe rezar pausadamente, recemos con amor,
recordemos que los Misterios son la descripción grafica de la vida de nuestro
Señor Jesucristo.
Muchas personas afirman que esta oración les parece monótona; en
lo particular considero que cuando se entiende el porqué se ora de esa forma y
se hace con amor no es monótona, sino todo lo contrario, enriquece el alma y el
espíritu. Yo comparo esta oración con las actitudes de los enamorados, ellos,
no se cansan de decir las mismas palabras, nunca se cansan de decirse cuanto se
quieren y entre mas se lo dicen su amor crece más; pues, lo mismo sucede cuando
recitamos pausadamente el Ave María muchas veces, con nuestros labios solo
ofrecemos una rosa mas a nuestra Madre y ella la lleva a los pies de su hijo y
Él nos devuelve su bendición que se transforma en gracia en nuestras vidas.
San Josemaría Escriba decía que: El Santo Rosario es un arma
poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado (Camino, 558).
Esta confianza al rezar se manifiesta en creer en la poderosa intercesión de la
Virgen María ante cualquier problema o dificulta por el cual pasemos. Si vemos
la historia como la batalla de Lepanto entre otros, el Rosario era un arma
demoledora, ahora al ver el desorden moral en el que vivimos, la Madre la ha
convertido en un arma nuclear, así lo afirmaba ella a los videntes en Fátima,
ella le ha dado nueva eficacia, hasta tal punto que no hay problema ni
cuestión, por más difícil que sea, temporal, o sobre todo, espiritual, en la
vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias
del mundo, o de las comunidades religiosas, o inclusive de la vida de los
pueblos y de las naciones, que no puedan ser resueltas por el Rosario. No hay
problema, ni cuestión por difícil que sea, que no pueda resolverse por medio de
la oración del Santo Rosario. Oremos el Santo Rosario, dejemos de usarlo como
un adorno y comencemos a desgastar esas cuentas y a cosechar las gracias y
bendiciones reservadas para nosotros. ¿Qué te parece si hacemos una cadena de
rosarios y le damos una paliza al demonio?
En estos tiempos de incertidumbre y de miedo, amemos a la Virgen
María con mas intensidad, pero sobretodo demostremos ese amor rezando
amorosamente el Santo Rosario, esta oración nos da paz, nos trae esperanza y
sobretodo nos acerca a la gracia porque nos aleja las insidias del demonio. Que
ojala podamos orar recitando el santo rosario, y nos unamos mas las filas de
los soldados armados de la Virgen María.
El Padre Díaz es párroco en la Parroquia Reina de los
Apóstoles en Alexandria.