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Papa Francisco: La virtud no cae del cielo, es un hábito de la libertad para elegir el bien

Nicolás de Cárdenas | ACI Prensa

El Papa Francisco tose durante la audiencia general del 13 de marzo. (Daniel Ibáñez/ACI Prensa)

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El Papa Francisco comenzó el 13 de marzo a predicar sobre las virtudes, tras revisar los vicios en las audiencias generales previas desde el pasado 27 de diciembre. Debido a su estado de salud, ha vuelto a ceder su lectura a un colaborador, en esta ocasión, Mons. Pierluigi Giroli.

Al inicio, con voz ronca, ha dicho: “Buenos días. Les doy la bienvenida. Todavía estoy un poco resfriado y por eso he pedido a monseñor que lea la catequesis. Estemos atentos, ¿eh? Creo que nos podrá hacer mucho bien. Muchas gracias”.

En la catequesis, el Papa Francisco señala que “por fatigoso que sea, el ser humano está hecho para el bien, que le realiza verdaderamente, y también puede practicar este arte, haciendo que ciertas disposiciones se hagan permanentes en él”, para iniciar sus palabras sobre la virtud.

Sobre la base de los términos clásicos virtus y areté, expresados en latín y griego, el Pontífice explica que “el ejercicio de la virtud es fruto de una larga germinación que requiere esfuerzo e incluso sufrimiento” y que la persona virtuosa es “la que no se desnaturaliza deformándose, sino que es fiel a su vocación, realiza plenamente su ser”.

“Nos equivocaríamos si pensáramos que los santos son excepciones de la humanidad: una suerte de estrecho círculo de campeones que viven más allá de los límites de nuestra especie”, añade el Papa Francisco en su catequesis. Más bien, señala, son “aquellos que llegan a ser plenamente ellos mismos, que realizan la vocación propia de todo ser humano”, motivo por el cual el actuar conforme a la virtud “debería ser redescubierto y practicado por todos”.

¿Qué es la virtud?

El Papa Francisco recuerda que el Catecismo de la Iglesia Católica ofrece una definición “precisa y concisa” de virtud como la “disposición habitual y firme a hacer el bien”. En este sentido, subraya que “No es, por tanto, un bien improvisado y algo casual que cae del cielo de forma episódica”.

La virtud, añade, “es un bien que nace de una lenta maduración de la persona, hasta convertirse en una característica interior suya. La virtud es un hábitus [hábito] de la libertad” de tal manera que “si somos libres en cada acto, y cada vez estamos llamados a elegir entre el bien y el mal, la virtud es lo que nos permite tener un hábito hacia la elección correcta”.

¿Cómo adquirir la virtud?

El Papa Francisco ofrece algunas claves para responder a la pregunta sobre cómo es posible adquirir la virtud. Así, señala que “para el cristiano, el primer auxilio es la gracia de Dios” y que, por el Bautismo, el Espíritu Santo actúa “en nuestra alma para conducirla a una vida virtuosa”.

Por otro lado, el Pontífice recuerda que “la virtud crece y puede ser cultivada. Y para que esto ocurra, el primer don del Espíritu que hay que pedir es precisamente la sabiduría” que permite “aprender de los errores para dirigir bien la vida”.

En tercer lugar, el Papa Francisco considera necesario apelar a “la buena voluntad: la capacidad de elegir el bien, de plasmarnos mediante el ejercicio ascético, rehuyendo los excesos”.

Como conclusión a esta primera catequesis sobre la virtud, el Papa Francisco anima a iniciar un viaje “a través de las virtudes, en este universo sereno que resulta desafiante, pero que es decisivo para nuestra felicidad”.

El Papa recibe el Rosario de un soldado muerto en el frente

Tras la lectura de la catequesis y de los correspondientes resúmenes en diferentes lenguas, así como los saludos a los peregrinos en los diferentes idiomas, el Papa Francisco ha retomado la palabra para realizar el saludo a los fieles de lengua italiana.

El Pontífice ha logrado leer el breve texto, si bien ha tosido algunas veces, al final de algunos párrafos.

De manera improvisada, ha narrado que ha recibido hoy, día de su undécimo aniversario de pontificado, un Rosario y un evangelio de un joven fallecido en el frente de guerra”.

“Por favor, perseveremos en la oración por quienes sufren las terribles consecuencias de la guerra. Hoy me han traído un rosario y un evangelio de un joven soldado muerto en el frente. Él rezaba con esto. ¡Tantos jóvenes, tantos jóvenes que van a morir! Oremos al Señor para que nos dé la gracia de vencer esta locura de la guerra que siempre es una derrota”, ha dicho el Papa Francisco.

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