WASHINGTON — Líderes y participantes del ministerio católico hispano que se reunieron en Arlington del 26 al 30 de abril para Raíces y Alas, acudieron a los pasillos del Congreso el 27 de abril para presionar a legisladores por alguna ayuda en materia de inmigración.
“Ciudadanos y no ciudadanos por igual, somos hermanos y hermanas ante los ojos de Jesucristo, y nuestro actual sistema de inmigración es gravoso, costoso, ineficiente y con demasiada frecuencia crea sufrimiento humano”, dijo el Obispo Auxiliar de Washington Mario E. Dorsonville el 27 de abril en los terrenos del Capitolio.
Junto a otros obispos y líderes del ministerio reunidos para el sexto congreso nacional Raíces y Alas en Arlington, el Obispo Dorsonville pidió a los legisladores que usen su poder político y su responsabilidad para “abordar estos problemas” que obligan a millones a vivir escondidos, excepto cuando se trata de contribuir al bienestar de la nación con su trabajo.
Los obispos y otras personas de buena voluntad en los Estados Unidos han estado abogando por una reforma migratoria justa e integral, aunque en vano, dijo.
“Venimos en oración a pedir a los miembros del Congreso, Republicanos y Demócratas, que trabajen juntos para crear soluciones”, dijo. “La reforma migratoria no puede esperar más”.
También presente en el evento, Emilce Cuda, secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina, dijo que “los inmigrantes no son turistas”, sino que aportan a los países como trabajadores y no deben ser descartados por la sociedad.
Pidió que se les proporcione mejores condiciones sociales para sobrevivir y prosperar en sus países adoptivos.
Elisabeth Román, presidenta del Consejo Nacional Católico para el Ministerio Hispano, quien organizó la reunión Raíces y Alas, dijo que la organización eligió Arlington como sede del evento para que los más de 400 miembros de más de 38 estados pudieran abogar por asuntos de justicia social, incluyendo la inmigración, y para hablar en nombre de los trabajadores esenciales que mantuvieron al país en movimiento durante la pandemia.
“Vinimos aquí con nuestros párrocos, nuestros obispos y no por política partidista”, dijo.
Instó a latinos ciudadanos estadounidenses en el país a usar su poder de voto.
“Lo que está pasando … es inaceptable”, dijo. “Y es hora de hacer algo”.
Después del evento en Capitol Hill, los participantes asistieron a una misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington. El Obispo Michael F. Burbidge concelebró junto al Arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico en los Estados Unidos.
Después de la misa, el Obispo Burbidge asistió a una cena y se reunió con otros obispos en un desayuno al día siguiente.