Finalmente ha llegado el 2023. Con cada comienzo de año nos planteamos nuevos propósitos para mejorar nuestra vida. El más popular de Año Nuevo es el de bajar de peso. Así, en enero los gimnasios se llenan, las dietas comienzan y la fuerza de voluntad está firme. Pronto viene febrero, y al llegar el día de los enamorados nos comemos un chocolate por aquí y nos permitimos un pastel por allá. Al comenzar marzo se nos ha acabado la fuerza de voluntad y tenemos más de un mes y medio sin pisar el gimnasio. El problema es que tratamos de hacer las cosas solos, por nuestra cuenta, y a nuestra manera. Así no funcionan las cosas.
Los mejores atletas tienen entrenadores. Detrás de cada atleta olímpico, futbolista o estrella deportiva destacada, existe un grupo de entrenadores. Los entrenadores se aseguran de que sus clientes perseveren, que sigan un régimen, que entrenen — quiéranlo o no. Se aseguran de que sus clientes den lo mejor de sí y no se cansan hasta que alcancen la meta. Muchos entrenadores fueron ellos mismos atletas y, por eso, saben cómo alentar a sus clientes porque han pasado por lo mismo.
Si queremos alcanzar nuestras metas necesitamos buenos entrenadores.
Les propongo que este año nos tomemos nuestra santidad en serio. Es lo único que debemos desear. Si crecemos en santidad, creceremos en todo lo demás. Al morir, Dios no nos va a pesar, no nos va a preguntar el tamaño de la cintura o el grosor de los brazos. De lo que sí nos va a tomar medida es de nuestro corazón. ¿Hemos amado a Dios con toda nuestra mente, alma, y ser? ¿Hemos amado al prójimo como a nosotros mismos? Esa será la talla a medir, no si cabemos en un pantalón XS.
Lo bueno es que Dios nos ha dado a los mejores entrenadores posibles. Dios nos ha puesto en nuestro camino, y a través de la historia, a entrenadores que han pasado por lo mismo; quienes han luchado y han llegado a la meta, y ahora se dedican a entrenar a quienes quieren seguir sus huellas. Estos entrenadores son los santos.
Les propongo un programa de 10 semanas, donde cada semana tendrán un santo entrenador nuevo y una virtud para practicar. Este programa se llama “Entrenando con los Santos” y se deriva del ministerio Santos en Entrenamiento.
Puedes acceder a la página: www.sacredprint.com/entrenando para ver los 10 santos y sus virtudes a imitar. La idea es que elijas un santo distinto cada semana y al hacer clic en él, puedes ver las prácticas concretas a realizar para entrenar con ese santo. De hecho, en la página del santo también hay películas y videos para que aprendas más sobre ese santo entrenador. Aunque no es necesario, la página te da la opción de comprar el kit para tener la imagen del santo y también una pulsera correspondiente para usar durante toda esa semana de entrenamiento. De esta manera, al verte la mano, recuerdas la virtud que practicarás durante esa semana.
Nuestros 10 santos entrenadores y sus virtudes son:
- Santa Madre Teresa quien nos entrena en la virtud del servicio.
- San Charbel quien nos entrena en la virtud del silencio.
- Beato Carlo Acutis quien nos entrena en el amor a la Eucaristía.
- San Maximiliano Kolbe quien nos entrena en la virtud del sacrificio.
- San Francisco de Asís quien nos entrena en la virtud de la simplicidad.
- Santa Mónica quien nos entrena en la virtud de la intercesión.
- Santo Tomás de Aquino quien nos entrena en la virtud del estudio.
- Beato Pier Giorgio Frassati quien nos entrena en la virtud del ejercicio.
- San Francisco de Sales quien nos entrena en la virtud del control del carácter.
- San Ignacio de Loyola quien nos entrena en la virtud de la magnanimidad.
¡Pidámosle a Dios la gracia de ser dóciles a estos santos entrenadores y a tomar en serio nuestro llamado a la santidad!
Briceño, una virgen consagrada, se dedica a la evangelización a través del arte con su ministerio sacredprint.com.
