WASHINGTON - Los obispos de los Estados Unidos aprobaron una
declaración en contra de la pornografía, el
segundo día de su junta general de otoño, que
se realizó del 16 al 19 de noviembre en Baltimore.
"La producción o el uso de pornografía es algo
seriamente erróneo. Se considera pecado mortal si se
comete con pleno conocimiento y consentimiento deliberado.
Una ignorancia carente de intención y otros factores
que comprometen el carácter voluntario y libre del
acto pueden disminuir la culpabilidad moral de la persona que
lo cometa", se decía en la versión aprobada de
"Crea en mí un corazón limpio: Respuesta
pastoral contra la pornografía".
Los obispos aprobaron el documento del 17 de noviembre en una
votación de 230 votos a favor, 4 en contra más
una abstención. Lo mínimo para la
aprobación eran 181 votos.
"Para este pecado se necesita el perdón de Dios y debe
de confesarse dentro del ejercicio del sacramento de la
penitencia y reconciliación", se decía.
"Las personas que produzcan o distribuyan material
pornográfico dañan el bien común al
estimular y, aún, causar que otros pequen", se
decía.
En la declaración, preparada por el Comité de
los obispos sobre laicado, matrimonio, vida familiar y
juventud se añadía: "Hay muchas víctimas
de la pornografía. Cada persona que interviene en
producciones de pornografía es amada por Dios, nuestro
Padre, y es hija o hijo de alguien. La pornografía con
menores es tráfico y delito automático pues
conlleva la explotación sexual de un menor de edad con
propósitos de ganancias comerciales y se lleva a cabo
en contra de la voluntad del menor debido a su falta de
habilidad de dar consentimiento".
Y se señalaba que "muchas personas luchan contra el
uso de la pornografía, incluyendo fieles
católicos, personas de fe, personas carentes de fe,
personas casadas y solteras, padres y madres de familia,
jóvenes y viejos, clérigos y personas
entregadas a la vida consagrada".
Al presentar el documento a la consideración de los
demás obispos, el 16 de noviembre, primer día
de la junta general anual de otoño en Baltimore, el
obispo Richard J. Malone, de Buffalo, New York, presidente
del comité que preparó el documento,
describió las actividades pornográficas como
"una sombra obscura en nuestro mundo de hoy".
Y dijo que es "un caso particularmente siniestro de consumo "
por el que hombres, mujeres y menores de edad "se consumen
para placer de otros".
El obispo Malone dijo que el papa Francisco ha exhortado a
los obispos de los Estados Unidos para que se lancen a la
búsqueda y sanación de las heridas, y en el
documento en contra de la pornografía se brindan
diversas maneras de hacerlo.
En la introducción se dice, utilizando el Salmo
penitencial 51 tanto para el título como
también motivo recurrente de la declaración:
"Como pastores de la Iglesia Católica, ofrecemos esta
declaración para dar una palabra de esperanza y
sanación a los que han sido dañados por la
pornografía y para crear conciencia de su alcance y
daño.
"En el confesionario y ministerio diario, hemos visto el
daño corrosivo causado por la pornografía:
menores de edad cuya inocencia se ha robado; hombres y
mujeres que sienten gran culpa y vergüenza por ver
material pornográfico ocasional o habitualmente;
esposos o esposas que se sienten traicionados y
traumatizados; y hombres, mujeres y menores de edad que son
explotados por la industria de la pornografía".
En la declaración se hace notar que la
pornografía "siempre ha sido problema ", pero a
través de los años su impacto ha aumentado en
forma "exponencial".
En el documento se hace referencia al Catecismo de la Iglesia
Católica en el que se define así: "La
pornografía consiste en extraer actos sexuales, reales
o simulados, de la intimidad de los protagonistas, a fin de
mostrarlos deliberadamente a terceras personas. Esto es una
ofensa en contra de la castidad... Causa gran daño a
la dignidad de los participantes. ... La pornografía
nunca puede ser justificada y siempre constituye un error".
En la declaración se liga la pornografía a
otros pecados, "especialmente la masturbación. La
masturbación, que es auto estimulación
erótica deliberada, que con frecuencia lleva hasta el
orgasmo, generalmente ocurre junto con el uso de la
pornografía. Y a pesar de que en la cultura popular se
ve ampliamente como aceptable, la masturbación es
siempre y gravemente contraria a la castidad y a la dignidad
del propio cuerpo".
En la declaración se hace referencia a los alcances
que ha logrado dentro de la sociedad: "Las imágenes
eróticas, super sexualizadas, pornográficas
aparecen dentro de la sociedad de los Estados Unidos hoy,
todavía más que antes. ... Las diversiones de
la corriente prevaleciente en sí misma han llegado a
ser super sexualizadas. Las novelas que en algún
tiempo podrían haber sido clasificadas dentro del
género 'erótico', ahora son parte de la
corriente prevaleciente, por no decir nada del género
de novelas románticas con exageraciones sexuales". Los
juegos de video, las letras de canciones, los videos
musicales y el estilo de ropa también se presentan con
exagerados tonos sexuales, se añadía en el
documento.
En la declaración se denominaba a la
pornografía como "una industria del pecado". "La
pornografía representa un negocio jugoso. El
cálculo de ganancias fácilmente va más
allá de los mil millones de dólares anualmente.
La industria de la pornografía es agresiva, hecha con
destreza y solamente regulada esporádicamente", se
decía. "En otro ramo de negocios, como cadenas
hoteleras, compañías de cable y farmacias se
logran grandes ganancias debido a la expansión de la
pornografía y esas mismas industrias contribuyen a su
accesibilidad".
La extensión que la pornografía ha alcanzado
causa efectos negativos en las personas y en la sociedad, de
acuerdo con la declaración.
"Los hombres son especialmente susceptibles a la
pornografía debido a que el cerebro del varón
está fuertemente inclinado a imágenes sexuales,
una especie de 'magnetismo visual' que la industria de la
pornografía sabe explotar en forma agresiva", se
decía, añadiendo que puede conducir hacia la
adicción. Las mujeres "hacen uso de la
pornografía por razones similares a las de los
varones", se decía, y se les asegura a las mujeres, en
forma errónea, que "el uso de la pornografía es
una actividad liberadora para ellas".
La pornografía se filtra fácilmente al dominio
de menores y jóvenes, factor de aumento de contenido
sexual en mensajes electrónicos, explícitos,
"asociados con actividades de alto riesgo, incluyendo "mayor
riesgo de preñez de adolescentes o paternidad no
buscada, o contagio de alguna enfermedad debida al trato
sexual.
Para los que producen material pornográfico, se
decía en la declaración, "el Señor, en
su gran misericordia y justicia, les envía un llamado
para que se alejen de sus pecados y sigan al Señor",
añadiendo: "Y si usted está o ha estado
involucrado en explotación delictuosa, le requerimos
que dé parte de sus acciones ante la autoridad civil y
se entregue a ella. Dios puede usar los errores cometidos por
usted para ayudar a otras personas".
En el documento se les dice a las mujeres y a los hombres que
han usado material pornográfico que "pidan
perdón. Muchas buenas personas luchan contra este
pecado. Usted no está solo o sola; ¡siempre hay
esperanza! ... La liberación que viene cuando uno se
aparta de la pornografía es una decisión diaria
y requiere una formación constante".
El texto completo de "Crea en mí un corazón
limpio: Respuesta pastoral contra la pornografía"
estará a su disposición en el Internet en www.usccb.org/cleanheart,
junto con otro material de la Conferencia Episcopal
Católica de los Estados Unidos sobre
pornografía. Una versión impresa estará
a disposición, en inglés y en español, a
principios del año entrante, 2016.