CIUDAD DEL VATICANO — Todo cristiano está llamado a ser
misionero, compartir la buena nueva de la salvación de Cristo y ser su
discípulo, no de un grupito de creyentes parecidos a uno, dijo el papa
Francisco.
"¿Qué instrucciones nos da el Señor para ir en busca de los
demás? Solamente una y es muy simple, Hagan discípulos. Pero tengan cuidado,
discípulos de él, no nuestros", dijo el papa el 20 de octubre mientras
celebraba el Domingo Mundial de las Misiones.
Decenas de participantes del Sínodo de los Obispos sobre la
Amazonia, acompañaron al papa en la Misa en la Basílica de San Pedro. Muchos
indígenas llevaban sus tocados de plumas autóctonos, sus rostros pintados ó
vestían sus trajes típicos.
Antes de rezar la oración del "Ángelus" después a la
Misa, el papa Francisco recordó el centenario de la carta apostólica del papa
Benedicto XV sobre las misiones, llamada "Maximum Illud". La carta,
dijo el pontífice, fue motivada por la convicción de su predecesor de "la
necesidad de relanzar evangélicamente la misión de la iglesia en el mundo, de
modo que sea purificada de cualquier incrustación colonial y liberada de las
influencias de las políticas expansionistas de las naciones europeas".
La carta actualmente ínsta a los católicos a "superar la
tentación de cada final autorreferencial y cada forma de pesimismo pastoral a
fin de abrirnos a la alegre novedad del Evangelio".
En un momento cuando la globalización se parece más a
"homogenización" y el poder batalla con ese conflicto de la raza y
"arruina el planeta" en lugar de promover la solidaridad y el respeto
por las diferencias, dijo el papa Francisco, los cristianos deben ser
discípulos misioneros que compartan el Evangelio con humildad y respeto.
El papa les pidió a los católicos que se comprometan en un nuevo
esfuerzo de proclamar "la buena nueva que con la misericordia de Jesús
vence el pecado, con esperanza vence el miedo, con hermandad vence la
hostilidad".
"Cristo es nuestra paz, dijo el papa, y con él cada división
es superada, con él solo hay salvación para cada persona y toda la gente".
En su homilía, el papa Francisco dijo que los cristianos están
llamados a compartir el amor y la misericordia de Dios con todos.
"Todos, porque nadie está excluido de su corazón, de su
salvación. Todos, de modo que nuestro corazón pueda estar por encima del
particularismo y las barreras humanas que se basan en el egocentrismo que
desagrada a Dios. Todos, porque cada uno es un tesoro precioso y el significado
de la vida se encuentra solo en dar este tesoro a los demás".
"Aquellos que son testimonio de Jesús van al encuentro de
todos, no solamente de sus propias amistades o su pequeño grupo", dijo.
El llamado a ser misionero es un llamado incluido en el bautismo
de todo cristiano, dijo el papa. Le dijo a la gente en la Misa: "Jesús
también te está diciendo: '¡Ve, no pierdas la oportunidad de darme testimonio!'
Mi hermano, mi hermana, el Señor espera de ti un testimonio que nadie puede dar
en tu lugar.