ST. LOUIS - En lo que él llamó una
"declaración pastoral sobre inmigración y
misericordia", el arzobispo Robert J. Carlson, de St. Louis,
dijo: "Nuestras comunidades católicas y plazas
públicas se ven repletas de rostros nuevos de hermanos
y hermanas inmigrantes que necesitan nuestra amorosa
respuesta".
Y añadió: "Yo, como obispo de la localidad y
pastor de la arquidiócesis de St. Louis, estoy
consciente de las dolorosas historias de inmigrantes en cuyos
sufrimientos y sacrificios actuales se nos revela la
presencia de Jesús crucificado".
La declaración se dio a conocer el 12 de octubre,
Día de la Raza, fiesta nacional.
"La identidad de la jornada y peregrinaje católicos se
señala por un profundo compromiso de servir a los que
nos rodean, especialmente a los más vulnerables, los
pobres y los inmigrantes", dijo, añadiendo que los
católicos entienden que al darles servicio "a los
menores de nuestro entorno tocamos el rostro de Cristo".
El arzobispo Carlson hizo notar la forma en la que "la
iglesia de nuestro país ha respondido ante las oleadas
de inmigrantes que nos han venido a honrar a nuestras playas
de Estados Unidos: irlandeses, alemanes, italianos, polacos y
otros inmigrantes europeos han encontrado generosa
hospitalidad en nuestras iglesias e instituciones
católicas".
Y el arzobispo también dijo que está
perfectamente sabido de la complejidad que significa trabajar
a favor de una reforma de las leyes de inmigración hoy
en día.
"Apoyo totalmente la labor de la Campaña de Justicia
para los Inmigrantes avalada por la Conferencia
Católica Episcopal de los Estados Unidos; y lo hago a
sabiendas que para muchos esta mediación y trabajo
públicos causa aprehensión y resistencia
personales. Y al mismo tiempo me muestro agradecido con los
católicos y personas de buena voluntad de la
arquidiócesis que se han comunicado con los
inmigrantes y sus nuevas comunidades".
Y al tiempo que presta atento oído al diálogo
nacional sobre inmigración, el arzobispo Carlson dijo:
"Me inquieta cada vez más el lenguaje y la
retórica de discriminicación que se está
utilizando en algunos medios; retórica de odio y
alieanción.
"Esta atmósfera en contra de la inmigración
también contribuye para que se determinen iniciativas
legislativas que les hacen más difícil a los
jóvenes inmigrantes latinoamericanos y adultos
jóvenes que contribuyan eficazmente para el bien
común. En estos tiempos que corren de incertidumbre,
nuestras familias latinoamericanas necesitan saber que
nuestra comunidad católica, tanto a nivel local como
nacional, está acá para acompañarlos y
para permanecer de pie a su lado", dijo.
El arzobispo Carlson añadió: "Reconozco
también que el trabajo realizado a favor de la reforma
de inmigración puede cultivar semillas de discordia y
división entre los fieles, cuando el tema se considera
independientemente de la luz de la fe"; sin embargo, "nos
apoyamos en tierra firme cuando nuestra fe ilumina nuestra
práctica pastoral de respeto por la dignidad humana de
todas las personas y por el servicio prestado para el bien
común", dijo.
"Cada uno de nosotros debemos de encontrar la manera de
participar y contribuir en los esfuerzos humanitarios con los
que se responde ante la crisis de inmigración y
refugiados presente», dijo el arzobispo. «Y
mientras nos esforzamos por hacer nuestra parte, debemos
recordar las palabra del papa Francisco con las que nos hace
conscientes de que nuestros esfuerzos humanos nunca
están lejos de Dios: Dios puede multiplicar
nuestras pequeñas acciones de solidaridad y hacernos
partícipes de sus dones».
El arzobispo Carlson dijo: "Mientras emprendemos juntos la
jornada y nos preparamos para el extraordinario Jubileo de la
Misericordia, recordemos que ya no somos extranjeros y que
buscamos llevar y traer la luz de la misericordia de Dios".