WASHINGTON - El aroma de este bizcocho es como ningún
otro. Para los españoles y algunos latinoamericanos
que crecieron con este, el olor aromático del
roscón de reyes es uno de los recuerdos alimentarios
más preciados de la infancia en torno a la
Epifanía. El bizcocho roscón de reyes aparece
en las mesas de España y México el 6 de enero,
pero en estos tiempos está surgiendo en los hogares de
los inmigrantes que ahora consideran Estados Unidos su hogar.
En su mayor parte, este bizcocho tiene ingredientes simples.
La masa es una mezcla de harina de trigo, huevos, levadura y
leche, permitiéndosele crecer en forma de anillo,
llevando al nombre de rosca o roscón que describe su
forma ovalada. Las versiones regulares son decoradas con
frutas endulzadas y azúcar y glaseadas con una yema de
huevo para proveerle brillo. Algunos son cortados en mitades
y rellenados con chocolate o crema. El roscón,
también llamado rosca de reyes, tiene un aroma
único bien conocido en toda España, el cual
probablemente proviene del agua del capullo de la flor de
naranja usada para preparar la masa, dijo Javier Romero, chef
ejecutivo de la Taberna del Alabardero en Washington. En
estos tiempos, gracias a chefs como Romero, uno no tiene que
viajar lejos para la experiencia.
Romero ha presentado la delicia en forma de anillo, horneada
exclusivamente durante la primera semana de enero, en el
restaurante fino donde trabaja. En gran medida los que pasan
por allí a comprar este bizcocho en el restaurante son
españoles o latinoamericanos, dijo Javier
Pérez, gerente general del restaurante. Romero
comenzó a servir el roscón poco a poco,
haciendo unos cuantos a mano cuando llegó al
restaurante hace seis años. Pero cada año la
demanda ha aumentado. Sin embargo, Romero dijo que le gusta
hacer solamente unos cuantos bizcochos.
"Prefiero que sean los mejores roscones en la ciudad",
él dijo. Y estos verdaderamente lo son. Es
difícil concentrarse con la hipnótica fragancia
del olor de este bizcocho en el salón.
Aunque el roscón de reyes todavía no aparece en
los anaqueles de los supermercados en Estados Unidos,
reposterías especializadas y algunos restaurantes
españoles que sirven a inmigrantes hacen miles de
estos bizcochos a principios de enero. Dependiendo de la
costumbre del país, o del repostero, este bizcocho
contendrá una legumbre, un juguete, un niñito
Jesús de plástico o todos los anteriores.
El padre capuchino Urbano Vásquez, sacerdote de
Washington nativo de México, dijo que este bizcocho
siempre ha tenido simbolismo espiritual para él, aun
cuando era niño: Jesús en la forma de pan y
compartir ese pan con otros, así como su forma
circular sugiriendo el amor eterno de Dios. Él
mantiene viva la tradición culinaria y siempre ordena
su roscón de reyes en una repostería de
Riverdale, Maryland, para compartir con otros, especialmente
con aquellos que no conocen la costumbre.
Este bizcocho evoca en él recuerdos de reuniones
familiares en su natal Puebla, México, ciudad conocida
por su ambiente gastronómico. Como sacerdote, a
él le encanta que este bizcocho esté cargado
con profundos símbolos y que pueda usarse para
catequizar.
Uno podría argumentar que su forma circular es
también símbolo de las coronas de los Tres
Reyes Magos vestidas cuando ellos visitaron al Niño
Jesús, él dijo, y que "la fruta, en sus
múltiples colores, son símbolos de las joyas
que ellos llevaron, significando paz, amor y felicidad".
El chef Romero, también adhiriéndose a la
costumbre de poner a disposición los bizcochos para
conmemorar la Epifanía, hace entre 50 y 55 bizcochos
cada enero. Debido al proceso que él usa para hacerlos
en el restaurante, toma dos días producirlos en medio
de un programa de trabajo ya ajetreado. La masa tiene que
fermentarse a una temperatura en particular, descansar
durante la noche y estar en su punto antes de aplicarle las
frutas endulzadas y el azúcar. Solo entonces
están listos para el horno.
"Me gusta mimarlos", él dijo.
Él disfruta manteniendo viva la costumbre y recuerda a
sus abuelos en su nativo Aranjuez, cerca de Madrid,
llevándolo a recoger el roscón en la
reportaría local.
"Para mí este señala el final de la Navidad",
él dijo. Y no hay mejor regalo que observar a alguien
salir por la puerta feliz con un bizcocho que tomó dos
días hacerlo".
"Como chef, se trata del sentido del olfato y del olor que
sale (de este); no hay uno similar en el mundo
requiere mucho, mucho mimo", él dijo.
"Sé que estamos muy lejos, pero quiero que el
público sienta como si estuviese comiendo (en
España)
cuando veo (los bizcochos) en sus
cajas, con nombres y listos a ser recogidos, siento como si
estuviese en España. Y me gusta contribuir a ese
conocimiento que otros tienen de nuestra cultura".
Si usted no pudo probar el roscón en enero,
todavía hay tiempo para probar su primo culinario. En
Estados Unidos este bizcocho ha hecho metamorfosis al
bizcocho azul, amarillo y verde abundante en lugares como
Nueva Orleáns y cerca de ciudades sureñas en
tiempos del carnaval Mardi Gras.
Anne Byrn, autora de "American Cake", dijo que este otro
bizcocho "era originalmente francés, español y
vasco y vino a Nueva Orleáns con los colonos vascos en
1718. En su forma más original es una masa de bollo
(levadura) con relleno de canela, dejado a crecer en forma de
anillo, entonces rebanado en intervalos y orneado.
Originalmente no tenía glaseado, pero hoy día
algunas reposterías vietnamitas de Nueva
Orleáns hornean este bizcocho y lo glasean. En muchos
casos el glaseado lleva colores del Mardi Gras".