¿Quieres ir al cielo? ¿Estás conciente
de que Dios te está llamando a la santidad en tu
propia vocación? En muchas ocasiones le hago estas
mismas preguntas a las parejas que se preparan para el
matrimonio y muchos contestan que la santidad es solo para
los religiosos o religiosas, y que la vida matrimonial es
otra cosa.
Sin embargo, no es así. El llamado de Dios a que
seamos santos es para todos. Para los esposos, hijos,
hermanos, suegros, tíos
todos. Dios nos quiere
a todos con Él.
Pues bien, si esto es así, ¿cómo llegan
al cielo los esposos?
El Obispo Fulton Sheen decía que el matrimonio es un
asunto de tres, y se refería a que Dios es parte
fundamental de la vida conyugal. Sin Él nada funciona.
Orar, ir a misa, visitar el Santísimo Sacramento, leer
las Sagradas Escrituras juntos; ayuda a que crezcan en su
relación como matrimonio con Dios. El es quien
inventó el matrimonio, entonces quien mejor que El
para guiarlos en su vida conyugal.
De igual manera, es necesario estar concientes de que al
casarse ya no son dos, sino son una sola carne. No se llega
al cielo solo, cada cónyuge es responsable de que el
otro camine en santidad y mantenga su gracia. Esto se logra
cuando se busca siempre el bien del ser amado. Cuando se
está pendiente de lo que necesita el otro, de lo que
le gusta, de lo que le hace ser mejor persona. Es necesario
que caminen juntos. El hombre es responsable de llevar a su
esposa al cielo y la esposa es responsable de hacer lo mismo
con el esposo. El cielo se conquista juntos, día a
día, superando los momentos difíciles, y
disfrutando los hermosos.
También, es importante estar alerta, es decir, siempre
atentos para cultivar el amor. Estar dispuestos a salir de si
mismo. Los esposos que se acomodan o acostumbran pierden.
Siempre deben estar listos para dar lo mejor de sí
mismo, aunque eso represente incomodidad personal. Listos
para: dejar de ver el programa de televisión favorito,
escuchar al otro cuando se está cansado, perdonar y
pedir perdón aun cuando se crea tener la razón,
dominar los impulsos y el carácter que pueden herir a
quien más ama. Decía la Beata Teresa de Calcuta
que hay que dar hasta que duela. Cristo murió en la
cruz y no se rindió, lo dio todo, y fue doloroso.
Una de las preguntas del sacerdote durante la
celebración del matrimonio dice: ¿Están
dispuestos a amarse y respetarse todos los días de su
vida?, a lo cual los novios responder rápidamente:
Sí, estamos dispuestos. Pero, ¿qué
significa respetarse? En ocasiones veo con dolor como muchos
esposos se tratan mal enfrente de otros, como no se respetan,
como buscan distracciones en otras cosas: amigos, Internet,
televisión, celular, revistas, etc. Respetar al otro
es reconocer que la otra persona tiene dignidad, que es
importante, y que Dios me la ha dado para cuidarla y ayudarla
a llegar a Él. ¿Cómo respetarse?:
comprendiendo al otro, escuchándolo, evitando imponer
siempre tus opiniones o decisiones, dándole el valor a
lo que dice y hace, halagando sus esfuerzos, dándole
gracias, y muy importante siempre diciendo cosas positivas.Lo
negativo destruye, hiere y hace mucho daño.
Hay quien dice que el matrimonio es una utopía, o que
es una carga. Sin embargo, Dios lo ha pensado para que sea
fuente de tu felicidad y de tu santificación.
Sí, se puede. Hay muchos que ya están viviendo
el matrimonio de esta manera sin prestar atención a
los modelos equivocados que nos vende la sociedad. Los invito
a visitar la página de Facebook: "Juntos hacia el
cielo"; para que sean testigos de los muchos matrimonios que
están convencidos de que vale la pena amar, entregarse
y luchar por alcanzar la santidad.
Esta iniciativa empezó a principios de este mes a
raíz de la necesidad de defender los valores
preciosísimos del matrimonio. Te anímanos a que
si eres casado por la Iglesia y caminas junto a tu
cónyuge de la mano con deseos de santidad, nos
envíes tu historia de amor matrimonial y familiar como
mensaje interno en la página de "Juntos hacia el
cielo". En 10 líneas aproximadamente puedes contarnos
quiénes son, de dónde son, cuántos hijos
tienen, el regalo de Dios en sus vidas y los valores que los
caracterizan como matrimonio y familia. También debes
enviar una foto del día de tu matrimonio por la
iglesia y una foto actual.
Encomendamos a todos los matrimonios al cuidado e
intercesión de San José y de la
Santísima Virgen para que les bendiga abundantemente
siempre. ¡Que Viva Cristo Rey!
Marielisa Puigbó, quien es una Virgen Consagrada,
trabaja para el Centro Vocare que se dedica a la
promoción matrimonial y familiar.