RICHMOND, Virginia - En medio sus vetos de varios proyectos
legislativos aprobados por la legislatura de Virginia, el
gobernador Terry McAuliffe "tomó las decisiones de
contradecir la vida y la libertad en su núcleo",
dijeron los obispos católicos del estado.
"Estamos consternados y profundamente decepcionados porque
él tomó el lado de la industria del aborto por
encima de los verdaderos centros médicos, vetó
legislación que habría protegido el derecho de
las organizaciones religiosas a seguir su credo", ellos
dijeron.
Respecto a la tercera decisión ellos dijeron que "en
vez de vetar el ampliado uso de la silla eléctrica,
(él) le insertó lenguaje que cubriría
con secretismo el proceso de ejecuciones".
El obispo Francis X. DiLorenzo de Richmond y el obispo Paul
S. Loverde de Arlington comentaron en un comunicado conjunto
emitido el 11 de abril por la Conferencia Católica de
Virginia, la rama de política pública de los
obispos.
McAuliffe vetó 32 de 811 proyectos legislativos que
los legisladores enviaron a su oficina para acción
antes de la medianoche del 10 de abril.
Dos medidas que él vetó y fueron abordadas por
los obispos habrían:
- Bloqueado el financiamiento futuro de Planned Parenthood.
- Permitido que las organizaciones religiosas, el clero y sus
empleados se rehusaran a oficiar en, o le proveyeran
servicios a, ceremonias matrimoniales de parejas homosexuales
si tales ceremonias eran contrarias a sus creencias
religiosas. El proyecto legislativo habría protegido
contra penalidades civiles y criminales a los opositores al
matrimonio homosexual.
El tercer proyecto legislativo que los obispos discutieron en
su comunicado trataba sobre la pena capital. La legislatura
aprobó una medida para hacer la silla eléctrica
el método automático de ejecución si el
estado no pudiese obtener las drogas usadas en las
inyecciones letales. Varios estados han experimentado escasez
de los compuestos usados en esas ejecuciones.
McAuliffe dijo que lo vetaría a menos que los
legisladores aceptaran su lenguaje autorizando al
Departamento de Correccionales estatal a mezclar los
compuestos para las ejecuciones en vez de intentar obtenerlas
a través de proveedores. Su fraseología, que
fue aprobada, también provee que se mantenga en
secreto los nombres de los suplidores.
Los obispos DiLorenzo y Loverde señalaron que
McAuliffe, quien es católico, escogió vetar el
proyecto legislativo sobre Planned Parenthood en uno de los
centros abortistas de la organización "donde cada
año se apagan las vidas de un sinnúmero de
bebés que están por nacer".
Ellos dijeron que él usó la ocasión del
29 de marzo "para jactarse de estar 'orgulloso' de 'abofetear
eliminando' legislación que habría desviado los
fondos públicos de la industria abortista
multimillonaria que drena vida y en vez habría
aplicado el dinero arduamente ganado por los contribuyentes
de Virginia hacia centros médicos comunitarios que
afirman la vida y proveen una amplia gama de verdadera
atención médica para mujeres y sus familias".
Al día siguiente, en vivo en la radio, él
vetó la medida sobre libertad religiosa de la cual los
obispos dijeron que "simplemente habría protegido el
derecho de las organizaciones religiosas a seguir sus
creencias religiosas respecto al matrimonio aplicando los
principios exactos intencionados por los fundadores de
nuestro territorio autónomo y de nuestro país".
McAuliffe "alegó que el proyecto legislativo 'no era
más que un intento de estigmatizar' - una
acusación sin fundamento y completamente
errónea", dijeron los obispos.
"Nuestras agencias católicas educan decenas de miles
de niños de Virginia cada año; le sirven a los
pobres y vulnerables a través de alacenas
alimentarias, refugios para desamparados, consejería
de salud mental y capacitación laboral; y ofrecen
ayuda a refugiados e inmigrantes. No estigmatizamos,
servimos", ellos añadieron.
Respecto a la pena capital, los obispos DiLorenzo y Loverde
elogiaron a aquellos legisladores que habían votado a
favor del proyecto de detener fondos y de la medida de
libertad religiosa y también a los "miles de
virginianos católicos y otras personas de buena
voluntad de todo el estado", así como a la conferencia
católica por su "intensa defensa durante muchos meses"
para promover la aprobación de esas medidas.
Ellos también lamentaron la decisión del
gobernador de no vetar la medida de la pena capital.
"Estamos profundamente decepcionados por las acciones del
gobernador McAuliffe sobre esos asuntos vitales", dijeron los
dos prelados. "No obstante, persistiremos en nuestros
esfuerzos como personas de fe, en nuestras parroquias y en la
plaza pública, para asegurar que protejamos la vida en
el comienzo, la vida al final y la libertad religiosa para
todos los que sirven para hacer que la vida sea mejor para
las personas en necesidad".