ach-logo-spanish.svg
opinion

Crecer

Padre Álvaro Montero

ADOBESTOCK

mother son window_ web

Avanza 2024. Ya estamos en febrero. El tiempo pasa y el año “crece”. Pues bien, Jesús también crecía. El 2 de febrero la Iglesia celebró la presentación del Niño Jesús en el Templo, cuando sucede una “segunda anunciación” para la Virgen por las palabras del anciano Simeón, “una espada te traspasará el alma”.

Esas palabras quedaron en el corazón de la Virgen y fueron madurando en silencio. Volvieron a Nazareth y Jesús se hizo adolescente. ¿Recuerdan cuando fue perdido y hallado en el Templo? María y José, angustiados, lo buscaron y, “al tercer día”, lo encontraron. Jesús les dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que tenía que ocuparme de las cosas de mi Padre?” La respuesta sorprende, pero revela que Jesús iba creciendo en el deseo de cumplir la voluntad de su Padre — nuestra salvación. Su Padre quiere hacer todas las cosas nuevas.

De regreso en Nazareth, Jesús crecía en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. Y también crecía también la Virgen en su camino de fe. Pero ¿qué significa crecer? ¿Qué nos hace crecer? Veamos tres claves:

  1. Crecer significa cumplir años. Esto es lo más obvio y sucede con el paso del tiempo, sin hacer nada. El cuerpo tiene su propio dinamismo y basta no poner impedimento a las leyes de la naturaleza. Pero crecer no es simplemente cumplir años; a eso le llamamos envejecer. Crecer tampoco es simplemente madurar biológicamente como hombre o mujer, y ser capaz de procrear. A eso le llamamos desarrollo de la sexualidad. Y al llegar a los 18 años decimos que una persona ya es mayor de edad y es capaz de ejercer ciertos derechos. El drama sería pensar que ahí acaba todo. En la juventud hace falta trabajar mucho la madurez de los afectos y educar el corazón, porque es ahí donde se toman las grandes decisiones de la vida.
  2. Crecer significa entender mejor el sentido de la vida y cumplir una misión. Este segundo significado requiere más trabajo, y siempre hay espacio para mejorar. Podría decirse que a partir de los 18 años es cuando uno está llamado a crecer cada vez más en sabiduría. El hombre no deja nunca de crecer, porque el verdadero sentido del crecimiento es desplegar todas las capacidades y dones que Dios ha dado a cada persona. ¿Qué significa crecer en sabiduría? ¿Tener cada vez más información y conocimiento intelectual? No, se trata de aprender el arte de vivir la plenitud de la vida humana. Cada uno crece en la medida que madura sus dones y se convierte en un don para otros. Pero nadie lo puede conseguir por sí mismo, se nos entrega como un don y se nos revela cuando hacemos promesas y asumimos responsabilidades. Este es el gran reto, saber vivir es algo que aprendo desde la experiencia del ser amado y del amor. No se crece en sabiduría sin la ayuda de otros. No se crece sin hacer promesas.
  3. Crecer significa ir siendo cada vez más santo. Esto significa dejar que el Espíritu Santo vaya llenando gradualmente todas nuestras facultades y deseos humanos. También, Jesús, como verdadero hombre, recibió el influjo del Espíritu que le dirigía y fortalecía en su carne humana hasta la Pasión y Resurrección. ¿Quieres crecer en gracia? Pide ayuda al Espíritu Santo para descubrir y vivir tu vocación a la santidad. Crecer es llenarse de gracia. Llenarse de gracia significa llenarse del amor de Dios. Y el amor de Dios nos lo revela Cristo. Para crecer hace falta rezar. Mediten estas palabras, “El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente. Por esto, precisamente, Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre”. San Juan Pablo II (Redemptor Hominis, 10)

¿Quieres crecer? ¿Qué amor mueve tu vida? ¿Creces?

El Padre Álvaro Montero es pastor de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles en Woodbridge.

Related Articles