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Carmen Briceno

Personajes del Adviento

Carmen Briceño

A lit candle is seen on an Advent wreath. Advent is a season of waiting. (CNS photo/Lisa Johnston, St Louis Review)

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Te quiero invitar a entrar en mayor profundidad en el gran misterio del Adviento. Año tras año escuchas las mismas lecturas en la Santa Misa y es probable que ya estés acostumbrado a la misma historia repetida una y otra vez. Piensas que ya conoces todo sobre los personajes del Adviento porque hasta tienes sus imágenes en tu casa. Pero ¿qué tal si Dios te está llamado a mirar este adviento con ojos nuevos?

La estrella

Nos dicen las lecturas que los Reyes Magos siguieron la estrella hasta encontrar al niño. La estrella era su guía, su Norte, aquello en lo cual fijaban sus miradas. ¿Cuál es tu estrella? ¿Qué es aquello que guía tu vida? Quizá el centro de tu vida es el dinero, la familia, el trabajo u otras cosas similares; no es que sea malo, pero no puede ser el centro de tu vida.

Tu estrella, tu Norte es aquello que le da sentido completo a tu vida y que no cambia. El trabajo lo puedes perder, el dinero se te puede acabar, la familia se puede morir o se puede mudar. Necesitas un centro de gravedad más seguro que no dependa de las circunstancias. Tu estrella, tu Norte debe ser Jesús.

Tal como el sol es la estrella del universo que le da luz y vida a todos los planetas, Jesús es la estrella sobre la cual debe girar todo en tu vida. Jesús no quiere ser el primero sino el centro de todo. Si Jesús es el primero de la lista cuando hayas “cumplido con Dios”, continuarás con lo segundo y lo tercero. Pero si Él es el centro de todo. De tu familia, de tu trabajo, es el centro de tu dinero y así todo cobra sentido en Él. Recuerda que las estrellas brillan con mayor fulgor y se hacen más resplandecientes en medio de la oscuridad.

Muchas veces es precisamente en la oscuridad, en la enfermedad y en el dolor donde te encuentras con la presencia de Dios más radiante y viva. En este Adviento, te invito a que hagas un buen examen de conciencia y te preguntes si Dios es el centro de tu vida. Si no lo es, te invito a recentrarte. Te invito a que contemples a la estrella de Belén como un llamado a poner a Dios como tu centro y Norte.

Los Reyes Magos

Los Reyes Magos invitan a reconocerte como peregrino. Tal como ellos salieron de sus países en busca de Dios, quizás tú has inmigrado a este país y Dios ha salido a tu encuentro. Los Reyes debieron salir de su zona de comodidad y así mismo debes hacerlo tú. No te puedes quedar cómodo pensando que no hay más nada que buscar. La vida del cristiano es una peregrinación constante hasta el encuentro definitivo con Dios.

Otro ejemplo que nos dan los Reyes Magos es cuando encontraron al niño, lo adoraron y le ofrecieron sus tesoros. ¿Hace cuánto que no pasas tiempo adorando a Jesús? ¿Le ofreces a diario los dones y tesoros que Él mismo te ha dado?

Te invito, a ejemplo de los reyes, a salir a un nuevo encuentro con Cristo. Sal de tu zona de comodidad. Adóralo, y ofrécele todos tus dones para Su servicio. Después de este nuevo encuentro con Cristo en este Adviento harás como los reyes y regresarás a casa por otro camino porque ya no serás el mismo.

Herodes

Herodes era el gran rey. Nadie le desobedecía; todo estaba bajo su mando. Al enterarse de la posibilidad de ser destronado, busca la manera de matar al niño. Pero, para disimular su miedo y odio, se hace pasar por una persona buena. Le pide a los Reyes avisarle cuando encuentren al Niño para adorarlo, cuando en realidad lo que quería era matarlo.

Tu vida también está llena de muchos Herodes. Un Herodes es aquello que busca matar la vida de gracia, matar la presencia de Dios en tu vida. Tal como el Herodes de Jerusalén disimulaba ser bueno, hay muchas cosas en tu vida que aparentemente son buenas pero que al final te distraen, te alejan de Dios y a veces hasta matan, destruyendo la vida de gracia.

Es fácil reconocer los grandes Herodes de nuestras vidas, los vicios y pecados recurrentes, pero es más difícil reconocer los pequeños Herodes que nos distraen y nos alejan de Dios. Compara cuánto tiempo pasas usando los aparatos electrónicos cada día contra cuanto tiempo pasas en oración. Compara cuánto dinero gastas en cosas innecesarias o en regalos para personas que no tienen necesidad (y que muchas veces esos regalos no los acercan a Dios) contra cuánto dinero donas en limosna para personas necesitadas durante este tiempo de Navidad. Compara cuantas pantallas hay en tu casa contra cuantas imágenes religiosas o esquinas dedicadas a la oración tienes para contemplar. Este examen de conciencia nos ayudara a ver quién reina de verdad en nuestra vida: los “herodes” seculares o el niño Jesús.

Te invito en este Adviento a abrir tu corazón a Jesús y a entrar más de lleno en este gran misterio. Déjate cautivar por los personajes y la historia de la encarnación de Jesús. Pídele en la oración que Jesús te abra los ojos a ver el sentido más profundo de su nacimiento y así podrás vivir un Adviento sin igual.

Briceño, una virgen consagrada, se dedica a la evangelización a través del arte con su ministerio sacredprint.com.

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